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Siete consejos para fomentar la lectura en los niños

09/03/2014
Decálogo para hacer que tus hijos se enamoren de la lectura

Leer es un placer que no debería perderse ningún niño. Está demostrado que la lectura mejora la capacidad y el progreso lingüístico de los pequeños, favorece el desarrollo afectivo, psicológico y permite experimentar nuevas sensaciones y sentimientos.

Por ello, el Ministerio de Cultura ha publicado una serie de recomendaciones en este sentido, dentro del plan de fomento de la lectura. Se pueden resumir en siete puntos:

  1. Reservar cada día un rato para leer. Hay que ayudar a los pequeños a que descubran cuál es su momento preferido para la práctica de este recomendable hábito. El días tiene muchas horas y, con organización los hijos comprenderán que da tiempo a todo: estar con amigos, jugar… pero también estudiar y leer.
  2. Leer a los hijos en voz alta. Historias, cuentos… los padres pueden buscar el momento oportuno para ofrecerles a sus hijos una lectura interesante. Poner a su disposición una buena historia les puede resultar mucho más enriquecedor que otras alternativas a las que recurren con frecuencia, como ver la televisión.
  3. Excursión a la biblioteca. Se puede programar como una divertida actividad de fin de semana. También se puede entrar en una o varias bibliotecas por la que uno pase para que los menores conozcan estos espacios. A su vez, hay que explicarles todo lo que estos centros les ofrecen, hacerle un carné de lector, dejar que elija libros, recomendarles algunos…
  4. Leer frente a los niños. Los pequeños imitan, y si se acostumbran a que los miembros de su familia cojan con regularidad libros y dediquen tiempo a la lectura, se favorece que terminen haciendo lo mismo. Es uno de los puntos más importantes para fomentar la lectura entre los menores, y es que si no ven esta actitud en sus padres, difícilmente se sentirán atraídos por la literatura.
  5. Atender a sus dudas. Siempre que el niño dé el paso, los padres y madres deben estar atentos a las posibles dudas que le puedan surgir durante la lectura para evitar que se frustren.
  6. Ambiente libre de distracciones. Si es posible, se debe crear un ambiente de lectura en el que los menores no se vean rodeados por otros elementos que pueden llamar su atención. La tele, apagada.
  7. Organización. Los padres deben encargarse de la organización de este ritual, tanto de la biblioteca como del tiempo que se debe dedicar a la labor.
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