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Estrategias educativas para criar a un niño sensible

19/09/2018
Estrategias educativas para criar a un niño sensible

Puede ser un desafío saber cómo criar a un niño sensible. De hecho, algunos padres evitan la disciplina cuando su niño siente las cosas de manera más intensa que el resto. Sin embargo, sabemos que la disciplina es importante para ayudar a nuestros niños a enfrentarse al mundo exterior de una manera óptima. Te mostramos algunas claves para fortalecer a niños sensibles y las estrategias que pueden ayudar a tu hijo a obtener los beneficios de la disciplina reflexiva, al mismo tiempo que te ahorras parte de la angustia emocional inherente cuando un niño muy sensible necesita corrección.

Mi hijo es un niño sensible

Debes entender que no hay nada de malo en ser sensible. Realmente, un niño sensible puede ser más amable y compasivo que los demás. Sin embargo, criar a un niño sensible puede representar un mayor desafío para sus padres. Estos niños lloran a menudo, se sienten abrumados fácilmente y requieren una gran paciencia por parte de los padres.

Algunos también son sensibles a cualquier impacto físico, como luces brillantes, ciertas texturas o ruidos fuertes. Incluso pueden temer a las grandes multitudes y les resulta muy difícil enfrentar cualquier tipo de cambio.

Los niños sensibles son más que tímidos, sienten cada emoción muy intensamente. Eso significa que es probable que se sientan sobreexcitados, enfadados y muy asustados. Por ende, dudan en probar cosas nuevas y luchan para lidiar con la frustración.

La disciplina puede ayudar a algunos niños a cambiar su comportamiento. Sin embargo, es probable que los castigos fuertes causen más problemas con los niños sensibles. Por lo tanto, es importante idear una estrategia para niños altamente sensibles y encontrar formas de “nutrir” y guiar al niño para que pueda prosperar en un mundo menos sensible.

Acepta la sensibilidad de tu niño

Si tu hijo es sensible, no intentes cambiar su temperamento. En lugar de ver sus debilidades, enfatiza las fortalezas y los dones de tu hijo.

Reconoce esas cosas que podrían ser fáciles para un niño común y para el tuyo podrían ser bastante difíciles. Entonces, concéntrate en enseñarle a manejar sus emociones de una manera socialmente apropiada.

Cuando se sienta frustrado y quieres que tu hijo sea menos sensible, ten en cuenta que esa misma sensibilidad es la que lleva a estos niños a ser extremadamente compasivos y amables con los demás.

Restringe la excitación

Tu niño sensible puede sobrestimularse por grandes multitudes, luces brillantes y ambientes caóticos. Por lo tanto, es recomendable evitar el exceso de programación de este tipo de actividades.

Crea momentos de paz con actividades silenciosas como: auriculares con música suave, libros para colorear, libros para leer y que animen a tu hijo a usarlos cuando se sienta abrumado. Ese tiempo de inactividad puede ser clave para ayudar a los niños sensibles a recargar sus energías.

Establece límites

Si hay constantes excepciones a las reglas, estas no serán útiles a largo plazo. Porque puedes caer en la tentación de pasar por alto un comportamiento que disciplinarías en un niño menos sensible, simplemente para mantener la paz.

Sé flexible, pero no olvides que la disciplina ayuda a tu hijo a ser un adulto responsable. Si la disciplina que estas aplicando es demasiado relajada, no lo estarás preparado para el mundo real. Dejar a un lado la disciplina le niega a tu niño sensible la oportunidad de aprender y crecer al experimentar las consecuencias de sus acciones.

Elogia sus esfuerzos

Los niños sensibles necesitan mucho aliento. Aunque no tenga éxitos, elogia sus esfuerzos. No obstante, los niños que son elogiados, sin importar lo que hagan, frecuentemente tienen una autoestima más baja que aquellos que son elogiados más intermitentemente. El objetivo es enaltecer los esfuerzos del niño en lugar de los resultados de esos esfuerzos.

Un ejemplo sería decir: «Me gusta la forma en que te esfuerzas con tus matemáticas». Debes enseñarle que el trabajo arduo y el esfuerzo son dignos de elogio, incluso si el resultado final no es perfecto.

Es muy importante dar elogios cuando tu hijo dice la verdad, ya que los niños sensibles tienden a mentir para salir de problemas. Por lo tanto, elogia su honestidad, especialmente si no lo es muy a menudo

Proporciona recompensas

Los niños sensibles habitualmente se sienten mal si se meten en problemas. Cambiar la forma en que le dices las cosas puede convertirse en una recompensa. Por ejemplo, en vez de decir: «No puedes salir a jugar si no terminas tus tareas». Dile: «¡Si terminas tus tareas puedes salir a jugar!»

Crea un sistema de recompensa formal para ayudar a cambiar su comportamiento. Y ofrece recordatorios útiles como: «Puedes volver a intentarlo mañana».

Hablar de sus sentimientos

Tu niño necesita aprender a expresar verbalmente sus sentimientos y también cuál es la forma apropiada de lidiar con esos sentimientos.

Los niños sensibles muestran continuamente a sus padres cómo se sienten a través de sus comportamientos. Enséñale a tu hijo a identificar sus sentimientos con palabras. Si le das un nombre para relacionar el cómo se siente, la ayudará a comunicarse mejor contigo y te permitirá comprender mejor lo que siente.

Enséñale habilidades

Esto puede marcar una gran diferencia en la vida diaria de tu hijo. Dale instrucciones paso a paso para abordar problemas y así ganará confianza en su capacidad para manejar diferentes situaciones que quizás le resultan incómodas.

Usa las consecuencias lógicas

Al igual que cualquier otro niño, los niños sensibles necesitan consecuencias negativas para sus malas acciones. Si llora o se siente mal no significa que deba escapar de otras consecuencias.

Usa consecuencias lógicas que ayudarán a tu hijo a aprender valiosas lecciones de vida. Solo debes asegurarte que esas consecuencias se centren en la disciplina y no en el castigo.

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