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Navidades en familias de padres separados

28/12/2014
Navidades en familias de padres separados

La Navidad es uno de los momentos cruciales para todas las familias con padres separados o divorciados, especialmente, cuando hay niños pequeños en medio. Puesto que lo que antes era una sola familia ahora se ha dividido en dos hogares, las fechas señaladas de las navidades se plantean siempre con un dilema para los padres y este se puede ver complicado si la relación entre ambos no es buena. ¿Dónde pasan los niños la Nochebuena? ¿Con quién se despiertan el día de Reyes? ¿Con quién prefiere estar el niño?

En primer lugar, ambos padres deben estar de acuerdo en que la prioridad es la felicidad de los niños y para ello deben intentan crear un ambiente navideño lo más normalizado posible.

Si los padres son capaces de mantener una relación cordial y el contexto lo permite, pueden plantearse pasar juntos las fechas más señaladas para que la sensación sea de normalidad entre los hijos. En ese caso, tienen que ser capaces de explicarles que se trata de una situación excepcional y nunca de una reconciliación. Los niños pequeños no son capaces de distinguir estos matices, con lo que no es aconsejable confundirles con este tipo de excepciones.

Nos hacerles sentir culpables: una vez tomada la decisión de cómo se van a repartir los días festivos, los padres deben transmitir normalidad al niño y no insistir demasiado en que le echarán de menos la fecha en que estará ausente. En ese caso podemos hacer sentir culpable al niño por dejar de lado a uno de sus padres en una fecha tan señalada. Sí es recomendable que en las fechas señaladas el pequeño mantenga el contacto con el padre o la madre vía telefónica para que este pueda transmitir su cariño y cercanía. Eso sí, siempre sin transmitir tristeza al niño por su ausencia.

Cómo repartir los días: cuando los niños son pequeños, los padres tienen que determinar cómo será el reparto de fechas intentando que pase tanto tiempo con la madre como con el padre. Cuando empiecen a ser mayores, pueden opinar sobre sus preferencias, siempre que el reparto sea razonable y equitativo. Si no hay grandes inconvenientes, cuando el niño manifiesta su preferencia por primera vez, lo natural es tenerla en cuenta. A veces su criterio no se determina tanto por la presencia del padre o la madre como de otros familiares o amigos que coinciden en las celebraciones y que, hacen más atractivo el encuentro.

Si el niño no muestra preferencia alguna, los padres deben decidir sin presionarle, puesto que esto puede hacer que se sienta culpable por elegir a uno y no a otro. En general, lo lógico es intentar mantener las tradiciones de otros años: cena en casa de la abuela en Nochebuena, Reyes con la familia de papá, etc.

Cuando hay hermanos: los expertos recomiendan no separarlos a no ser que sea por decisión propia cuando son mayores. La figura del hermano será siempre apoyo y un vínculo con la normalidad para los más pequeños.

El entorno ideal: ambos padres tendrán que hacer un esfuerzo por crear un ambiente que motive al niño el día de celebración navideña que le toque pasar con él. Debe tratar de crear un ambiente acogedor y hogareño, en el que el niño se encuentre cómodo y no extrañado, teniendo en cuenta cómo ha vivido otros años estas fiestas.

Los regalos: los padres separados tienen que descartar la idea de que la ausencia de uno de los padres puede ser suplida por más regalos. Papá Noel y los Reyes Magos tendrán que ponerse de acuerdo sobre el número de regalos que el pequeño recibirá y en qué casa se dejará cada uno. Lo mejor es repartirlos equitativamente para que el niño no perciba grandes diferencias.

Pasad tiempo con él: lo mejor que los padres separados pueden hacer durante las navidades es dedicarle la mayor cantidad de tiempo a sus hijos. Cocina con ellos, ve a patinar sobre hielo, coloca y decora el árbol, ve a visitar un pueblo bonito, etc. Es el regalo que más valorarán los pequeños y algo que quedará para siempre en su memoria.

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