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Cómo hacer una limpieza exprés de la cocina

17/01/2015

Por su constante uso, la cocina es la parte de la casa que siempre requiere limpieza, por mucho que nos esforcemos en ser cuidadosos en el día a día. Siempre hay algo de grasa en algún rincón, migas en el suelo, manchas y huellas en los armarios, platos y utensilios por fregar, etc. Y aunque lo habitual suele ser realizar una limpieza a fondo a la semana es probable que tras cocinar algún plato que ensucie especialmente tengamos que dar un repaso de limpieza generalizado para que nuestra cocina vuelva a parecer limpia.

También es posible que en ocasiones, cuando nuestra cocina requiere ya una limpieza a fondo, se nos presente alguna visita inesperada o imprevisto que no nos permita dedicarle todo el tiempo que requiere. En estos casos, es necesario que acometamos una limpieza exprés, centrada en los puntos estratégicos y más visibles de cualquier cocina:

Recoge: cuando necesitas hacer una limpieza de “emergencia” en la cocina, el primer paso siempre es recoger todo lo que no esté en su sitio. Platos sucios al lavavajillas, retirar los desperdicios y sacar la basura, ordenar las piezas de menaje en sus respectivos armarios, etc. Una vez recojas, notarás que el aspecto de la cocina ya ha cambiado considerablemente, aunque no hayas hecho una limpieza en profundidad.

Vitrocerámica: los fogones y vitrocerámicas se ensucian siempre que son utilizados, por sencillo que sea lo que se cocina. Por eso, cuando hagas tu limpieza superficial no olvides limpiar la grasa y eliminar los cercos y restos de comida visibles, utilizando un buen producto antigrasa o específico para la vitro. Si no tienes ninguno a mano, también puedes dejarla reluciente con amoniaco y una bayeta convencional.

VER TAMBIÉN: Consejos para limpiar la vitrocerámica

Fregadero y grifo: el fregadero es otra de las partes de la cocina que concentra gran atención. Aunque esté limpio, si repasas con agua y secas la pila y el grifo con un trapo de microfibra, la sensación de limpieza será mucho mayor. Además, si es el caso, retira los restos de comida y platos sucios y colócalos en el lavavajillas (o friégalos si no tienes). Procura que no queden gotas de agua ni salpicaduras alrededor de la pila.

Repasa armarios: sin necesidad de meterte en una limpieza a fondo del mobiliario, repasa las superficies de los armarios y los tiradores, que tienden a acumular huellas y hasta restos de comida que dejamos al manipularlos mientras cocinamos. No olvides también la llave de la luz y la puerta del frigorífico, que frecuentemente presentan manchas.

Suelos: un suelo con manchas o restos de comida hará que toda tu cocina parezca sucia aunque hayas sacado brillo a todo lo demás. Como último paso de tu limpieza exprés, pasa el aspirador sin detenerte a mover muebles o electrodomésticos. Si lo has hecho recientemente, puede que tan solo necesites repasar con la escoba algunas zonas. Termina pasando la fregona con algún limpiasuelos específico o amoniaco si hay restos de grasa en el suelo.

Estas tareas superficiales no deberían llevarte más de 15 minutos y te permitirán lucir una cocina limpia sin mucho esfuerzo ante cualquier imprevisto que se te presente.

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