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Cómo sacar partido a un lavadero

29/06/2017

Tener en casa un cuarto lavadero es un lujo al que hay que sacar el máximo partido. No en todas las viviendas se habilita este espacio, depende de los metros y la amplitud, pero a veces, aunque dispongamos del mismo, no somos capaces de aprovecharlo todo lo que deberíamos. ¿Has pensado alguna vez en todo lo que se puede guardar en un lavadero, más allá de los productos de limpieza?

Lo primero que hay que hacer es aprovechar el espacio con muebles y estanterías sobre los que podemos depositar cajas y baldas separadoras. Una vez con el lavadero amueblado, optimizando el espacio a lo ancho y lo largo, llega el momento de almacenar nuestros objetos, que pueden ser de naturaleza muy variada.

1. Escobero: uno de los muebles más prácticos que podemos tener en un lavadero es el escobero, para guardar escoba y cogedor, la fregona y su cubo, la mopa, el plumero… Colocando ganchos en su interior podemos aprovechar más el espacio para trapos del polvo, paños de cocina, delantales… Te alegrarás de tener un escobero porque pocas cosas más incómodas y antiestéticas hay en una casa que tener la escoba en cualquier rincón.

2. Productos de limpieza: obviamente su lugar es el lavadero. Lo aconsejable es colocar a mano los que utilizamos con más asiduidad -lavavajillas, limpiasuelos, lejía, limpiacristales, pulverizador multiusos, ambientador…- y en segundo término los que empleamos más de tarde en tarde. Es mejor siempre colocar los botes de mayor peso en la parte baja del mueble y los que son para la lavadora, a su lado.

3. Estropajos, bayetas, rascadores, cepillos, guantes…: una caja o recipiente donde guardarlos es la mejor solución para que no estén siempre a la vista en la cocina, sobre la encimera. Las cajas con tapadera son de lo más práctico también para almacenar estos productos nuevos a la espera de estrenarlos, como los recambios de fregona, y otros utensilios de limpieza pequeños, como aspiradoras, quitapelusas, cepillos para limpiar zapatos, etc. El papel de cocina y el papel higiénico también pueden tener su hueco aquí; así como los restos de pintura y los pinceles.

4. Ropa sucia y bolsas: si tienes espacio suficiente en el lavadero, descarta los baños para poner el cesto de la ropa sucia. Lógicamente el recipiente para tender y las pinzas también han de encontrar su hueco en el lavadero, alíate con ganchos y colgadores para que no te resten metros de forma inútil. Las bolsas de basura y de plástico que traemos del supermercado también son objetos de lavadero y ahora hay muchos recipientes para colocar en la pared y tenerlas a mano siempre y sin que estorben. Y si también puedes guardar un carrito de la compra plegable, no dejes de hacerlo.

5. Plancha y tabla de planchar: la tabla plegable ocupa muy poco espacio, no la dejes detrás de cualquier puerta de la casa. Las sillas plegables que utilices cuando vengan amigos a comer a casa, también tienen un estupendo lugar en el lavadero.

6. Bricolaje: la caja de las herramientas, o en su defecto un ‘kit’ con lo básico, tampoco pueden faltar en tu lavadero. Procura hacerte de un pequeño estuche o un cajón para tener siempre a mano esas piezas esenciales: martillo, destornillador, alicates y cinta aislante. El taladro y el serrucho son otros objetos cuyo lugar de la casa es sin duda el lavadero. Y los utensilios del coche, accesorios, limpiadores, recambios… también deben estar en su correspondiente caja con etiqueta, así como los utensilios de tareas de jardinería.

7. Accesorios de camping y playa: cuando pasa el periodo estival o llegamos de nuestras escapadas al campo o la costa, hay que guardar de inmediato estos objetos para que no estén en cualquier lugar de la casa durante días. Si tenemos hueco en el lavadero, mejor que mejor.

8. Accesorios de deporte: desde la bolsa a las zapatillas, pasando por las toallas, muñequeras y rodilleras, balones, cascos, accesorios de la bicicleta, esterilla de pilates… Todo lo que no tenga que estar en los armarios de las habitaciones, tiene su lugar en una caja del lavadero.

9. Zapatos de invierno o de verano: si logramos tener espacio suficiente para almacenar nuestros zapatos de invierno, estaremos aprovechando al máximo nuestro espacio en el zapatero. Las mantas o sábanas viejas de las que no queramos deshacernos por si pintamos en casa y tenemos que cubrir muebles, pueden hacer compañía a los zapatos.

Podríamos continuar, pero es el momento de que pienses en tu propio lavadero, si lo tienes, y en cuántos objetos de tu hogar que están distribuídos en las habitaciones podrías almacenar en este espacio práctico y ordenado.

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