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Diez pasos para limpiar la freidora correctamente

18/11/2014

La freidora aligera los tiempos de cocinado de muchos alimentos y es especialmente útil cuando hay que hacer comida para familias numerosas. El único inconveniente aparente de este pequeño electrodoméstico llega a la hora de cambiar el aceite y limpiarlo, una labor que garantizará la higiene y salubridad de los platos que cocinemos en este aparato.

¿Cuándo es el momento de limpiar la freidora? Debemos aprovechar cada cambio de aceite para limpiar a fondo este aparato y asegurarnos de que el nuevo aceite no se contaminará con grasa o restos anteriores. La frecuencia dependerá del uso que le demos en casa a la freidora, así como de los alimentos que cocinemos con ella. Evitaremos que se acumulen demasiados restos si reducimos el número de rebozados y empanados que freímos, y tratamos de no mezclar sabores.

En cualquier caso, cuando el aceite empiece a oscurecerse y detectemos restos quemados en el fondo de la freidora, habrá llegado el momento de cambiar el aceite y limpiar en profundidad el aparato. Te recomendamos que sigas estos pasos para la limpieza:

1. Con la freidora apagada y el aceite completamente frío, vacía todo el aceite en un envase para reciclar o desechar. Nunca lo tires por el fregadero.

2. Si tu freidora te permite extraer la cubeta que contiene el aceite, llévala al fregadero y llénala con jabón lavavajillas y agua muy caliente y déjalo reposar. Si la freidora consta de una sola pieza inferior, tendrás que llenarla de agua y jabón hasta el límite máximo que marca y encender el aparato para llevarlo todo a ebullición.

3. Si el aparato acumula un olor fuerte (ya sea a pescado o fritos en general) puedes emplear una mezcla de agua y vinagre para limpiar el interior de la freidora. En este caso, igualmente la dejaremos hervir durante unos minutos para desincrustar la grasa acumulada.

4. Una vez vuelva a estar fría la freidora, deberás secar e intentar eliminar la mayor cantidad de grasa posible. Para ello puedes emplear papel de cocina o una bayeta tradicional humedecida en agua caliente, para que la grasa salga mejor.

5. Para las manchas persistentes puedes elaborar una pasta con agua y bicarbonato e incidir en las zonas donde la grasa y los restos sean más difíciles de eliminar. También puedes usar cualquier producto desengrasante, aunque deberás aclararlo por completo después con una bayeta. En caso de que haya que rascar alguna zona, hazlo siempre con una espátula de madera o plástico para no dañar el material.

6. Limpia el cestillo de la freidora en el lavaplatos a la máxima temperatura o bien a mano con agua caliente y detergente. Si hay muchos restos incrustados deberás dejarlo a remojo con algo de desengrasante antes de lavarlo.

7. Limpia el exterior de la freidora con la misma pasta de bicarbonato o con el producto desengrasante que has empleado antes y aclara para retirarlo.

8. No te olvides de la tapa y el filtro de olores. Este último normalmente se puede extraer para limpiar bajo el grifo (si lleva muchos usos, se puede reemplazar). Lo ideal es poder extraer la tapa para lavarla bajo el grifo, pero si no es posible, puedes utilizar un cepillo pequeño humedecido en desengrasante o agua con bicarbonato. Asegúrate entonces de repasar bien todas las juntas y rejillas para que no quede nada de grasa. No olvides aclarar también esta parte con una bayeta y agua caliente.

9. Por último, con la pasta de bicarbonato y una bayeta puedes repasar el cable del enchufe y la parte trasera de la freidora, que también suele acumular gran cantidad de grasa de la que no nos solemos percatar.

10. Deja que la freidora se seque por completo antes de volver a echar aceite para usarla.

Consejo: Para que el aceite te dure más tiempo y la freidora no se ensucie tanto, es recomendable que después de freír alimentos que ensucien colemos el aceite una vez se haya enfriado, para que esté listo para el siguiente uso.

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