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Cómo lavar la piel de frutas y verduras correctamente

15/03/2015
Cómo lavar la piel de frutas y verduras correctamente

Comer frutas y verduras con o sin piel es una decisión que puede responder a motivos nutricionales, culinarios o simplemente a los gustos personales del consumidor. Hay gran cantidad de frutas y verduras que pueden degustarse con piel, lo que a veces es más recomendable por las vitaminas que contiene ésta.

Podemos pensar que la piel concentra restos de pesticidas y bacterias que pueden resultar nocivos para la salud, pero si sabemos cómo lavarlos adecuadamente, esto no debe evitar que consumamos frutas y verduras en su estado puro. Además, tanto si pelamos las frutas y verduras como si no, estamos expuestos a la misma suciedad: si pelamos por ejemplo una fruta sin haberla lavado antes, al manipularla eliminando la piel, estaremos poniendo la suciedad y bacterias en contacto con la pulpa que vamos a consumir.

Sigue estos consejos para eliminar posibles restos de abono, insectos, bacterias y demás residuos presentes en la piel de frutas y verduras:

– Los expertos en nutrición no recomiendan usar productos limpiadores (a no ser que sea bajo indicación médica) o lejía para limpiar la piel de frutas y verduras. Simplemente hay que lavar la fruta, tanto si se va a pelar como si no, con agua caliente frotando la superficie durante al menos un minuto. Como paso final, se debe secar la piel con un papel de cocina.

– Además, en el caso de las frutas y verduras de piel dura como naranja, limón, calabacín, melón o sandía, aunque se vaya a eliminar la piel, se aconseja limpiarla bien antes con un cepillo. Cuando utilizamos rodajas de cítricos para aromatizar bebidas es muy importante que lavemos bien la piel previamente.

– Las frutas pequeñas, como cerezas o uvas, pueden lavarse con ayuda de un colador procurando que el agua empape bien cada pieza. Como método alternativo, podemos sumergirlas en agua durante 30 segundos, colarlas y darles una última pasada bajo el grifo. Mejor hacerlo cuando les hayamos eliminado el tallo o las hojas.

– También es recomendable retirar aquellas zonas demasiado maduras o dañadas visiblemente de la pieza, porque es muy posible que estas tengan bacterias.

– Tampoco es aconsejable mantener a remojo las piezas durante mucho tiempo en agua, ya que pierden su sabor y propiedades hidrosolubes, y la suciedad de la piel puede llegar a penetrar en el interior del alimento.

– En cuanto a las verduras, debemos prestar especial atención a las patatas, cuya piel suele acumular gran cantidad de suciedad. Por ello, tanto si las vamos a pelar y partir para freír o guisar, como si las vamos a cocer, es necesario frotar la piel completamente con un cepillo bajo el agua caliente.

– Asimismo, y al contrario de lo que podamos pesar, aquellas frutas y verduras que compremos envasadas y “listas para consumir” también deben pasar bajo el grifo. 

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