Saltar al contenido

¿Gripe o resfriado? Cómo diferenciarlos

05/12/2016
¿Gripe o resfriado? Cómo diferenciarlos

Los estornudos, la tos, la rinorrea o los dolores de garganta son muy típicos de la época invernal. Son síntomas asociados tanto al resfriado común, como a la gripe, por lo que no es difícil confundir ambos procesos. «¿Tengo gripe o resfriado?», nos habremos preguntado en más de una ocasión. Ambas son enfermedades infecciosas provocadas por un virus, por lo que los antibióticos no resultan efectivos en su tratamiento. En el caso de la gripe, el contagio se produce por el virus influenza, mientras que en el resfriado pueden intervenir varios cientos de virus diferentes.

La mejor forma de prevenir tanto los resfriados como las gripes es lavarse a menudo las manos, especialmente después de sonarse la nariz o estornudar; limpiar las superficies y objetos expuestos a las secreciones; evitar la proximidad con personas contagiadas, y evitar aglomeraciones o espacios cerrados cuando se padezca alguna de las dos enfermedades. Además, en el caso de la gripe, existe una vacuna que se actualiza cada año para proteger a la población más vulnerable a sufrir complicaciones.

En ambos casos, no contamos con medicamentos que curen la dolencia, pero sí que alivien los síntomas, como la irritación de garganta, el dolor de cabeza o la fiebre.

Gripe o resfriado: diferencias

La duración: el resfriado suele tener una duración menor que la gripe. El primero se prolonga entre los tres y los cinco días, mientras que la gripe puede durar hasta diez.

El proceso: la gripe se manifiesta de forma repentina y aguda, mientras que en el resfriado, los síntomas son más progresivos y leves.

La fiebre: sobre todo si se presenta desde el principio, es indicativa de una infección más aguda, como la de la gripe y rara vez se presenta en el caso de los resfriados.

Dolor de garganta: se presenta en la mayoría de los resfriados y muy rara vez en las gripes.

Rinitis y congestión: son más propias de los resfriados, donde aparecen de forma abundante.

La tos: en el caso de la gripe, suele presentarse una tos seca, sin esputos y bastante persistente. En el resfriado suele ser más leve.

Los estornudos: son más propios del resfriado.

Ojos llorosos: los ojos enrojecidos y hasta con dolor son más propios de quien padece una gripe que un resfriado.

Malestar y dolores musculares: al igual que la fiebre, son más propios de la gripe, si bien el resfriado genera siempre cierta sensación de malestar. La sensación que deja la gripe es de agotamiento general y debilidad, hasta el punto de imposibilitar seguir nuestra rutina diaria.

El contagio: en el caso de la gripe, la transmisión es más rápida, lo que da lugar a las famosas epidemias durante el invierno. Eso sí, en ambos casos, el contagio se produce de la mima manera: mediante el contacto con las secreciones expulsadas al hablar, toser o estornudar, ya sea de forma directa, o a través de las manos u objetos que hayan estado expuestos.

Complicaciones: aunque en la mayoría de los casos la gripe no comporta mayores complicaciones que las que implican sus síntomas, sí es preciso prestar una mayor atención a los pacientes de riesgo, como es el caso de niños, ancianos, embarazadas y enfermos crónicos.

También te puede interesar:

Settings