La llegada de cualquier bebé a una familia está rodeada de ilusiones, sueños y sobre todo de cambios en la vida de los padres, sobre todo cuando son primerizos. Los cambios empiezan con el embarazo, con la preparación de la habitación del niño y todos sus accesorios, y continúan a su llegada al mundo, momento en el que, entre otras muchas cosas, hay que adecuar las diferentes estancias de la casa a las necesidades del nuevo inquilino.
Lo ideal es repasar los posibles «peligros» que pueden suponer para él los muebles, los objetos de decoración, los electrodomésticos y demás artilugios habituales en cualquier casa, para evitar cualquier accidente futuro.
Te recomendamos que sigas las siguientes pautas a la hora de adaptar la casa:
- Cubre picos y cantos afilados: tapa con esquineros de protección o, en su defecto, con trozos de gomaespuma, los bordes de los muebles que vayan a estar a la altura del bebé cuando este comience a andar.
- Retira de su alcance los muebles y objetos de cristal, colocándolos en las zonas más altas de los muebles o en estanterías. En general, conviene retirar todos los objetos decorativos delicados de las mesitas y partes inferiores de los muebles, para evitar destrozos.
- Elimina los objetos pequeños de los muebles que estén al alcance de los niños, para evitar que los pueda ingerir o chupar.
- Usa fijadores de alfombras para evitar tropiezos o resbalones. Siempre que puedas, sustituye alfombras por suelos antideslizantes, seguros para el niño y más cómodos de limpiar.
- Esconde los cables de los electrodomésticos para evitar tentaciones, en especial, con los del salón. Cubre los enchufes con protectores y repara o elimina cualquier cable o interruptor estropeado o con cables a la vista.
- Si tienes chimenea, intenta en lo posible sellarla o cerrarla con una protección fija. Cuando esté encendida, si es abierta, coloca el salvachispas delante como medida de protección.
- Coloca bloqueadores de puertas, armarios y cajones para evitar que el niño tenga acceso a los artilugios del interior, que pueden suponer un peligro. Bloquea sobre todo puertas que den acceso a productos de limpieza y tóxicos en general.
- Esconde los tiradores y cuerdas de persianas y cortinas para evitar que el niño llegue a manipularlos
- Si hay estancias poco adaptables, como despachos o gimnasios, manténlas cerradas para que el niño nunca tenga acceso.
- Si tienes escaleras, instala vayas de seguridad para que los niños no puedan pasar.
- Si la casa tiene balcón en alguna estancia, cubre el espacio entre barrotes con alguna malla protectora que quede bien fija. Evita las banquetas que puedan ayudar al pequeño a subir más alto.
También te puede interesar: