Para los niños, no dormir lo suficiente puede ser particularmente problemático. Como sus cuerpos y mentes aún están en crecimiento, el sueño representa una parte crucial para un desarrollo saludable. Dormir lo necesario mejora su atención, su comportamiento, su salud emocional, mental y física, así como su capacidad de aprender y recordar.
Por el contrario, cuando no duermen lo suficiente, sus cuerpos no son capaces de luchar contra las infecciones, algo crucial en los niños en edad escolar porque están continuamente expuestos a enfermedades contagiosas como los resfriados. Según los estudios, la obesidad y los cambios de humor también están relacionados con la falta de sueño en los niños, y esos cambios de estado de ánimo interfieren en la capacidad de concentración y de prestar atención.
Tener claro cuánto debe dormir un niño es especialmente importante para que los padres puedan tomar medidas y asegurarse de que sus hijos están descansando lo suficiente.
¿Cuánto debe dormir un niño?
A continuación te mostramos las siguientes recomendaciones de sueño por parte de los expertos para que tu niño tenga una salud óptima:
Para bebés de 4-12 meses: de 12 a 16 horas, incluidas las siestas.
Para niños de 1-2 años: de 11 a 14 horas, incluidas las siestas.
Para niños de 3-5 años: de 10 a 13 horas, incluidas las siestas.
Para niños de 6-12 años: de 9 a 12 horas.
Para niños de 13-18 años: de 8 a 10 horas.
Si tus hijos no están durmiendo lo suficiente es momento de tomar medidas para que te asegures que descansen lo que realmente necesitan. Si el momento de irse a la cama es una lucha diaria, asegúrate de establecer buenas rutinas para dormir y habla con su pediatra si esas medidas no son suficientes.
Establece una rutina para dormir
Desarrollar una buena rutina para irse a la cama, como un baño, cenar, leer un cuento, música suave y luces tenues, pueden relajar a los niños de tal manera que puedan conciliar el sueño fácilmente.
Ten en cuenta que entre las señales de que tu hijo no está durmiendo lo suficiente están: los problemas para mantenerse despierto en la escuela, irritabilidad constante, cambios de humor y problemas para despertarse por la mañana.
Habitaciones sin pantallas
Muchos niños que no duermen lo suficiente se pasan el día rodeados de pantallas. La televisión, las redes sociales y los mensajes de texto en el móvil dificultan la capacidad de los niños para ir a dormir. Por eso, te recomendamos que no permitas que en las habitaciones de los niños haya un televisor, teléfono móvil, tableta o incluso un ordenador.
El mantener los teléfonos fuera de la habitación de los niños también le permite a los padres controlar mejor el uso de hacen estos del teléfono e intervenir antes de surjan problemas como el ciberacoso o el uso inapropiado.
Gestiona su tiempo libre
Enseña a los niños cómo administrar su tiempo libre dando prioridad a sus tareas. Hoy día los niños llegan de la escuela con más tareas que las generaciones anteriores. Debes ayudarlos a que aprendan a aprovechar el tiempo cada día para que las tareas y las actividades extraescolares no interfieran en sus rutinas de sueño.
Lo mejor es enseñarles a realizar sus tareas justo al llegar a casa, en lugar de esperar a hacerlo justo antes de irse a la cama. Así estarán menos estresados antes de acostarse.
Si tu hijo aún mantiene la lucha a la hora de irse a dormir o se muestra cansado durante el día, piensa en las razones por las cuales le cuesta dormir lo suficiente. Por ejemplo, querer estar despierto en compañía de sus hermanos mayores, estar demasiado cansado para conciliar el sueño o incluso ansioso por algo.
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