Durante las navidades, las cenas y comidas familiares están a la orden del día, porque son la forma más tradicional que tenemos de vivir estas fiestas. Sin embargo, pueden no resultar tan entrañables para los que organizan este tipo de citas, caracterizadas por un gran número de comensales que requieren un trabajo considerable en la cocina.
Si te ha tocado organizar este año alguna comida o cena de Navidad en tu casa, te damos algunos consejos para que todo salga perfecto y no se te escape ningún detalle:
Fija la hora: si quieres que todo salga perfecto, deberás ser muy claro con la hora a la que los invitados tienen que llegar a tu casa, tanto si cuentas con su ayuda como si no. Los retrasos en las cenas familiares solo desencadenan mal humor y platos fríos.
Decora la mesa: puede que la comida sea lo más importante de la cita, pero la decoración de la mesa jugará un papel esencial a la hora de dejar impresionados a todos los comensales. No hace falta que recargues mucho el espacio. Bastará con un toque común a todos los comensales como un servilletero o un «bajoplato» y algún adorno navideño en el centro (un centro, ramas de abeto, bolas de navidad de diferentes tamaños, etc.). Además, estas fechas señaladas invitan a sacar nuestros mejores manteles, cuberterías y vajillas, para terminar de vestir la mesa convenientemente.
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Asigna los sitios: para que no haya peleas ni conversaciones cruzadas en la mesa, asigna un sitio a cada invitado en función de su afinidad, parentesco, edad, etc.
Que no falte la música: prepara una lista de reproducción con canciones agradables, no estridentes y que puedan acompañar la charla y no dificultarla. Esta puede ser una tarea que se encargue con antelación a los miembros más jóvenes de la familia, para así repartir los preparativos y liberar la carga de trabajo del organizador.
Haz una lista con la comida: cuando sepas el número exacto de comensales que se sentarán a tu mesa en la comida familiar, diseña un menú cerrado y programa la compra de los ingredientes necesarios en función de si pueden ser congelados o no. Compra con tiempo los alimentos principales (carnes, pescados, mariscos, bebidas, dulces) para evitar hacerlo a última hora, cuando los precios suben más.
Además, es aconsejable que sometas a consenso el menú navideño para evitar sorpresas de última hora que tengan que ver con costumbres, intolerancias alimentarias o simples gustos.
Pide ayuda en la cocina: en función de la complejidad del menú, lo mejor es que solicites a los miembros más cercanos de la familia que te echen una mano en la cocina para no estar saturado ese día. Realiza un reparto previo de tareas para que todo esté listo a su debido tiempo y nadie tenga que trabajar en exceso ese día.
Ve a lo seguro: a la hora de planificar el menú, no te compliques con platos nuevos y originales que pueden jugártela en el último momento. Apuesta por lo seguro, lo que sale siempre bien y gusta a la mayoría. Este tipo de citas no son las más adecuadas para innovar.
El alcohol, para el final: acompaña los platos con el vino adecuado procurando dejar los licores y bebidas pesadas para el final de la velada (si se trata de una cena). La comida ayudará a compensar para que nada se desmadre.
Prepara un detalle: si además quieres que el día sea inolvidable, puedes confeccionar con ayuda de todos los miembros de la familia unos detalles para los comensales. Pueden ser tarjetas decorativas personalizadas que indiquen dónde se sienta cada invitado o pequeños detalles navideños. La clave está en que lleven tu sello personal (que no sean comprados) y que estén elaborados con cariño. Pide a los tuyos que expriman su creatividad.
Echad cuentas: si decidís dividir los costes entre todos los miembros de la familia es conveniente que lo hagáis antes de comer. Si cada uno ha comprado una cosa, que aporte su ticket para ayudar en el cálculo total del coste. Así será más fácil saber cuánto le toca pagar a cada uno.
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