La sociedad está cada día más concienciada de la importancia de luchar contra la vida sedentaria en los niños, que, combinada con malos hábitos en la alimentación, puede dar lugar a trastornos de obesidad. A su vez, cada vez más adultos introducen actividades deportivas en sus rutinas diarias, con el fin de seguir una vida saludable. Aunque es frecuente que, con la llegada de los niños a casa, el ejercicio físico deje de ser una prioridad por la falta de tiempo y las nuevas responsabilidades. Especialmente si los padres deciden que sus hijos practiquen algún deporte o actividad después del colegio. ¿Dónde queda el tiempo para que los adultos sigan practicando una vida sana?
La respuesta puede estar en las actividades deportivas combinadas, padres-hijos, que cada vez son más frecuentes en la oferta de clases de gimnasios y deportivos. Se trata de compartir los hábitos deportivos en familia, ahorrando tiempo (a veces incluso dinero) y fortaleciendo el vínculo entre padres e hijos, que incluso pueden acabar compartiendo un auténtico hobby.
Recopilamos siete ideas de actividades físicas y deportivas a las que padres e hijos pueden asistir juntos y compartir un buen rato:
Zumba: es una de las actividades de moda en la actualidad y resulta ideal para practicar con niños. Madres y padres aprenden junto a sus pequeños divertidas coreografías con ritmos latinos que luego pueden practicar también en casa. Se trata de un ejercicio físico muy completo, que mejora la coordinación y la motricidad del cuerpo, además de la concentración y la memoria. ¿Quién cogerá antes los pasos, los padres o los niños?
Yoga: es una actividad que gana cada vez más adeptos entre el público adulto y que en muchos gimnasios se puede ya realizar en compañía de los hijos. Existen clases en las que madre/padre e hijo ejecutan los movimientos de forma individual, con su propio cuerpo. Pero también hay otras más novedosas en las que uno y otro combinan sus movimientos para crear figuras basadas en el equilibrio, la concentración y la confianza en el otro. Entre los beneficios de disfrutar esta actividad en familia está el refuerzo de los lazos personales, el desarrollo de la capacidad de imitación o el trabajo de la coordinación, todo ello logrando el objetivo saludable para padres e hijos. Además, su dinámica y objetivos resultan ideales para niños con hiperactividad.
Pilates: la actividad estrella de todos los gimnasios en los últimos años, ahora también puede disfrutarse en compañía de los niños. En este tipo de clases trabajarán el control sobre su cuerpo a través de la concentración en las diferentes partes el mismo así como la elasticidad y capacidad de superación, y les permitirá corregir malos hábitos posturales para evitar futuras lesiones.
Natación: aparte de la «matronatación», en la que las madres comparten una experiencia única con sus bebés, existen clases combinadas de padres e hijos (a partir de los cuatro o cinco años) en las que se refuerza la confianza y se comparten buenos momentos. La natación favorecerá su desarrollo físico e intelectual y conforma uno de los ejercicios más completos que existen.
Patines: si te informas, seguro que das con algún «club de patinadores» en el que aprender y disfrutar con tus hijos. Suelen concentrarse los fines de semana en grandes parques, sobre todo a partir de la primavera. Se trata de una actividad donde la diversión está garantizada y con la que los pequeños trabajarán el equilibrio, la coordinación, así como la motricidad. Además, resulta ideal para aquellos padres que no pudieron aprender a patinar en su niñez y comienzan ahora desde cero, practicando con sus propios hijos.
Rutas en bicicleta: enseñar a tus hijos a montar en bicicleta te permitirá compartir grandes momentos al aire libre. Busca rutas preestablecidas, marchas de padres e hijos u organiza excursiones al campo que incluyan la bicicleta como único medio de transporte. En este tipo de actividades, además del ejercicio físico, surgen vivencias, experiencias y anécdotas que refuerzan los lazos familiares.
Senderismo y montañismo: sobre todo en los meses de buen tiempo, la idea de practicar algo de ejercicio en familia al aire libre resulta muy positiva. Enseña a los niños a conocer y respetar la naturaleza, les divierte, une más a la familia, además de que supone un importante ejercicio aeróbico.
Este tipo de actividades se suman a las posibles aficiones deportivas que los padres puedan transmitir a sus hijos (fútbol, baloncesto, tenis, golf, danza, etc.) y con las que compartir vivencias y buenos momentos saludables.
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