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Cómo almacenar los productos de limpieza

29/04/2014
Cómo ordenar productos limpieza

Los productos de limpieza son un imprescindible de cualquier hogar y suelen ocupar un espacio destacado en cocinas, baños o lavaderos. Además, con el avance de la tecnología en cuestiones de higiene del hogar, cada vez son más los productos limpiadores que acumulamos debido a su especialización y a su eficacia en las diferentes tareas del hogar.

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Pero es importante saber dónde almacenar este tipo de productos especialmente tóxicos y agresivos para evitar que pierdan su eficacia, que los niños se topen con ellos o que puedan llevarnos a confusión, por ejemplo. Así, para mantener la seguridad en tu hogar, te proponemos una serie de claves a la hora de almacenar estos productos de limpieza:

  • Fuera del alcance de los niños: es prioritario que los productos con los que limpiamos nuestra casa no se encuentren en lugares a los que los niños puedan acceder con facilidad. Por eso, buscaremos armarios o estanterías en altura, así como cuartos, trasteros o lavaderos bajo llave. En el caso de que tengas que guardar los utensilios de limpieza en un armario bajo, coloca bloqueadores de puertas para impedir que niños o mascotas puedan abrirlos.
  • Lejos de los alimentos: muchos productos químicos desprenden aromas capaces de contaminar productos destinados al consumo, sea cual sea su envase. Consulta las etiquetas y mantén alejados los productos de limpieza de la despensa.
  • Un lugar fresco y seco: es importante también elegir un lugar en el que las condiciones de temperatura sean adecuadas para que los productos no se alteren ni pierdan sus propiedades. Puede parecer una obviedad, pero mantener limpio el cuarto de la limpieza es esencial. Si hace demasiado calor o hay mucha humedad, no es apropiado para los productos de limpieza.
  • No utilices envases de comida: rellenar un bote de refrescos con aguarrás, por ejemplo, puede dar lugar a una terrible confusión. Mantén siempre bien clara la línea divisoria entre alimentos y limpieza.
  • Mantén las etiquetas a la vista: es importante a la hora de evitar confusiones y tener siempre en cuenta las advertencias del fabricante. Siempre que pruebes un nuevo producto, lee atentamente la etiqueta.
  • No mezcles productos: aunque hayas tenido la tentación, no es buena idea combinar productos de limpieza diferentes en un mismo envase para generar una nueva mezcla. Podrías generar reacciones inesperadas e incluso tóxicas. Cada producto en su bote.
  • Ciérralos bien: tanto para evitar derrames como para impedir que se mezclen olores o pierdan sus propiedades. Pon especial atención a los productos más agresivos, que identificarás por su fuerte olor.
  • Vigila la caducidad: con el uso habitual, lo normal es que los productos de limpieza no pierdan sus propiedades con el tiempo. Pero lo mejor es que vigiles los botes más antiguos por si hubieran cambiado de aspecto, textura o aroma. En ese caso, reemplázalo por otros nuevos para evitar cualquier inconveniente.
  • Bayetas y trapos limpios: para evitar humedades y malos olores difíciles de quitar, lo mejor es que después de cada limpieza general laves los trapos que hayas usado. Guárdalos solo junto al resto cuando estén limpios de nuevo.

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