Como sabrás, no todas las ubicaciones de la nevera alcanzan la misma temperatura, ya que están destinadas a alojar diferentes tipos de productos. Por eso, a la hora de colocar los alimentos en el frigorífico debemos tener en cuenta sus necesidades de frío de cada producto para garantizar su máxima frescura y prolongar en lo posible su duración.
Toma nota de dónde colocar los alimentos en el frigoríficos que son más comunes en cualquier hogar para mantener su frescura al máximo:
– Leche: no debemos guardarla en la puerta, para tenerla a mano, ni en el estante superior. Ambas zonas, especialmente la puerta, están más contacto con el exterior y, por tanto, peor refrigeradas. Lo ideal es guardar la leche en uno de los estantes bajos o medios, al fondo, de forma que el frío mantenga su frescura sin alteraciones al abrir y cerrar la nevera.
– Verduras: normalmente, los frigoríficos suelen incluir un cajón específico para las verduras, donde se concentra un nivel de humedad propicio para su buena conservación. Evita dispersas las verduras por el resto de estantes de la nevera y manténlas en bolsas de plástico independientes aunque abiertas.
– Los huevos: aunque algunas neveras incorporan hueveras en las puertas, estas no son la ubicación ideal para conservar un producto tan delicado con la temperatura como son los huevos. Lo ideal es colocarlos en una zona con temperatura constante, como son los estantes medios del frigorífico. Para una mayor comodidad, podemos conservar los huevos en su embalaje original o, si es posible, colocar en estos estantes las hueveras para almacenarlos ordenadamente.
– Salsas: puesto que este tipo de productos suelen contener vinagre y sal en sus recetas, que son conservantes naturales, su capacidad de aguante es mayor que la del restos de alimentos que guardamos en la nevera. Por ello, podemos almacenar sin problemas en la puerta del refrigerador salsas como el ketchup, la mostaza, la mayonesa y demás condimentos.
– Frutas: aunque no todas se deben conservar en el refrigerador las que sí debemos meter en la nevera han de ir en la zona de las verduras ya que tienen necesidades similares de humedad. Guárdalas separadas con bolsas de plástico abiertas y si las lavas antes de meterlas en la nevera, sécalas concienzudamente para evitar que proliferen las bacterias y se echen a perder.
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– Lácteos: yogures y quesos han de permanecer en una zona del refrigerador donde el frío sea consistente, como son los estantes bajos del mismo. Algunos aparatos incluyen en las puertas un compartimento cerrado para este tipo de productos, precisamente porque de esta manera se conserva mejor el frío. La mantequilla y los quesos blandos pueden almacenarse en la puerta de la nevera para que mantengan mejor sus propiedades. Eso sí, conviene colocarlos en recipientes herméticos.
– Zumos: cuando hablamos de zumos industriales, la puerta del frigorífico es un lugar idóneo para colocarlos, ya que tiene azúcares y conservantes que los mantienen sin grandes problemas. Para los zumos naturales que queramos guardar durante unas horas, tendremos que recurrir a los estantes inferiores de la nevera.
– Carne: ya que es un producto perecedero que cuando está crudo apenas dura unos días, debe almacenarse en el nivel más bajo del refrigerador. De hecho, es común que las neveras destinen esta zona a carnes y pescados frescos. Cuando está cocinada, puede ascender varios niveles mientras esté correctamente almacenada en recipientes herméticos.
– Fiambre: al igual que la carne, conviene que permanezca en una zona con frío constante y estable. Sin embargo, pueden colocarse en una posición más accesible que la carne cruda al abrir el aparato, ya que contienen conservantes y especias que mantienen su frescura.
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