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Cómo fregar los platos en un orden lógico

11/06/2018
Cómo fregar los platos en un orden lógico

Fregar los platos es todo un arte y hacerlo en un orden coherente facilitará mucho más el trabajo y ayudará a ahorrar tiempo y productos de limpieza, como el detergente de lavavajillas.

No se trata solo de colocar en el fregadero todos los platos y utensilios e ir acumulándolos para luego no saber ni por dónde empezar. Para evitar esta situación, te daremos una serie de consejos que te optimizar la tarea de fregar los platos.

1. Prepara los platos

Pon a remojo las piezas que presenten la suciedad más incrustada y enjuaga el resto de la vajilla para eliminar cualquier restos de comida. No conviene dejar que todos esos trozos de comida se vayan por el sumidero del fregadero, ya que pueden atascar las tuberías. Apila los platos, tazones, vasos, etc. y reúne los cubiertos y los utensilios grandes de cocina a modo de preparación. Recuerda cambiar el agua cuando esté fría o sucia.

2. Prepara el agua

Asegúrate de que el agua está a la temperatura correcta. La temperatura ideal para fregar los platos es aquella que no nos permite sumergir las manos con comodidad demasiado tiempo. Por eso, será necesario que uses guantes que te permitan emplear la mayor temperatura posible. Así la limpieza será más eficiente.

3. Primero, lo más ligero

Empieza a fregar por cubiertos, tazas y vasos, que ocupan menos espacio y no requieren mover todas las piezas de la pila. Además, suelen tener menos suciedad, por lo que podrás continuar con el mismo agua de fregado para lavar los platos.

4. Platos, cuencos y bandejas 

Si has enjuagado y puesto a remojo las piezas más sucias previamente, este paso no debería costarte grandes esfuerzos.

5. Platos, sartenes y ollas

Son las piezas que más esfuerzo requieren. Pon especial atención a ollas y sartenes, ya que no es difícil que queden con algo de grasa al fondo. Deberás usar agua bastante caliente para enjuagarlas y aclararlas. Solo así conseguirás eliminar todos los restos de grasa. Recuerda que, si no lo haces, podrían quemarse después al volver a usar el menaje sobre el fuego.

6. Aclara la vajilla

Si cuentas con un fregadero con doble seno, podrás ir acumulando las piezas enjabonadas (por grupos) al otro lado, para después solo tener que ir aclarándolas. Si no cuentas con este espacio, puedes usar un recipiente grande para ir aclarando las piezas.

7. Deja escurrir y seca

A medida que vayas aclarando los platos, colócalos en el escurridor y déjalos unos cuantos minutos con el fin de acabar con el exceso de agua. Después, seca con un paño de cocina limpio y seco. Probablemente necesites varios para secar toda la vajilla sin dejar mal olor. También puedes usar papel de cocina para evitar tener que usar varios trapos. Recuerda que es importante que seques bien las piezas para no guardarlas mojadas debido a que podrían generar mal olor, y la humedad es la perfecta amiga de los hongos y las bacterias.

8. Guarda los platos

Al finalizar todo el proceso de fregar los platos, comienza la parte de guardar cada uno de los artículos en su sitio. Es importante mantener un orden al momento de colocar los utensilios, es decir, tener todo organizado mediante secciones para cada tipo de utensilio de cocina. Así ahorraremos tiempo y mantendremos la higiene en la cocina.

9. Limpia lo que has usado

Al culminar de fregar los platos, será necesario limpiar el fregadero eliminando los restos de comida, repasando la superficie con algún limpiador específico y secando todos los rincones. Haz lo mismo con el escurridor y no olvides poner los paños a secar y escurrir bien los estropajos que hayas usado para que se mantengan en buen estado.

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