¿Quieres tener unas toallas suaves, esponjosas y bien perfumadas? ¿Pero cómo conseguirlo? Cuando estrenamos las toallas, son absorbentes y suaves pero, poco a poco, comienzan a endurecerse y recuperar su estado parece casi imposible. La cal del agua se deposita entre las fibras y cuando la toalla se seca se va quedando más rígida y con el paso del tiempo más áspera.
Pero existen una serie de trucos para que tus toallas queden limpias y suaves:
- Primero, sin suavizante. Antes de utilizarlas por primera vez debes lavarlas con un detergente respetuoso de confianza, como Flota Active Plus, pero sin suavizante. De hecho, muchos fabricantes aconsejan no utilizar suavizantes en los dos o tres primeros lavados. A partir de esos primeros lavados podrás lavar tus toallas con total normalidad.
- Lava las toallas por separado. Sin mezclar con otras prendas, con agua fría y con la cantidad justa recomendada por el fabricante de jabón y suavizante. Recuerda que si te excedes con los productos de lavado puede que se apelmacen las fibras. Utiliza siempre un detergente suave y que impida la transferencia de color como Flota Active Plus – Protector de colores.
- Lavadora no muy cargada. Es conveniente que las toallas se puedan mover en el tambor fácilmente para que se limpien adecuadamente, por eso no se debe poner una carga excesiva.
- Vinagre blanco y detergente. Para conseguir que las toallas queden desinfectadas y esponjosas añade un poco de vinagre blanco en el cajetín del detergente. El olor se eliminará durante el lavado, pero si no quieres correr riesgos, echa las toallas en remojo en un barreño con agua y un poco de vinagre y después lávalas tan solo con jabón. Otro truco también es echar en el cajetín del detergente un vasito de amoniaco perfumado y un chorro de limón para conseguir unas toallas desinfectadas y esponjosas.
- Sacude cada toalla. Agita y extiende cada toalla para que recupere su forma.
- No las tiendas al sol. Colócalas en una zona aireada, pero sin que les de la luz directa del sol. Tampoco te excedas con el tiempo de exposición para evitar que se endurezcan y pierdan toda la esponjosidad.
- Utiliza la secadora (si tienes). Te servirá para retirar el exceso de humedad y conseguir un resultado óptimo.
- No uses planchas a vapor. No es recomendable planchar las toallas con una plancha a vapor, ya que se humedecen y al permanecer guardadas largo tiempo pueden aparecer malos olores.
- Siempre secas. Si quieres evitar el mal olor espera siempre que las toallas estén completamente secas antes de echarlas al cesto de la ropa sucia y tiéndelas lo antes posible tras el lavado. Además, si en tu baño no logras que se sequen por completo tras cada uso, lo mejor es que las tiendas cada vez al aire libre para evitar que acaben oliendo mal.
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