Limpiar un espejo es a priori una tarea sencilla que cualquiera puede realizar con éxito en casa. Pero dejarlo impecable, sin marcas del producto, ni restos de fibras, puede resultar complicado si se desconocen los trucos apropiados. Por eso queremos darte las claves para que los espejos de tu casa queden perfectos y, ya de paso, no atraigan el polvo. ¡Toma nota!
Truco para limpiar un espejo, paso a paso
Necesitas: agua, vinagre blanco, papel de periódico, una bayeta de cristales limpia y un barreño.
1. Si el cristal presenta manchas muy visibles (de jabón, pasta de dientes o cualquier otro residuo) es recomendable que le des una pasada con la bayeta humedecida en agua. Si no tiene manchas evidentes y solo hay rastros, puedes saltarte este paso. Si se trata de manchas difíciles, puedes usar agua con jabón.
2. Mezcla dos parte de agua por una de vinagre en el barreño. Entonces empapa la bayeta para cristales en la mezcla y escurre antes de repasar todo el espejo con ella.
3. Prepara una bola de papel de periódico y seca con ella toda la superficie para absorber los restos de agua y vinagre. El papel de periódico dejará el espejo reluciente y sin restos.
Además de limpiar, el vinagre actuará como repelente para el polvo, de forma que tus espejos nos atraparán tanta suciedad.
Los espejos grandes que tengan muchas manchas y restos incrustados se pueden limpiar directamente con agua, jabón lavavajillas y una esponja. Frota bien toda la superficie para desincrustar todos los restos y, cuando hayas terminado, puedes retirar los restos de jabón con una racleta, dando pasadas de arriba a abajo. Tras cada pasada te recomendamos que aclares la racleta para que no vaya dejando restos de jabón. Por último, repasa todo el espejo con papel de periódico para secar y dejarlo reluciente.
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