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Cómo limpiar suelos de vinilo

10/10/2015
Cómo limpiar suelos de vinilo

Los suelos de vinilo o sintasol cada vez son más frecuentes en los hogares así como en edificios con mucho tránsito como hospitales, colegios y guarderías por sus evidentes ventajas. Son baratos de instalar, resistentes, duraderos, fáciles de limpiar y, cada vez más, tienden a diseñarse con una apariencia muy similar a la de los suelos más nobles. Eminentemente compuestos por PVC, podemos encontrar diseños lisos, ideales para espacios escolares y centros sanitarios, así como otros que imitan la madera, el azulejo o el mármol, más apropiados para los suelos de nuestros hogares o cualquier tipo de edificio institucional.

Por su resistencia a la humedad y su condición impermeable,  los suelos revestidos con vinilo continuo son muy apropiados para estancias como cocinas o baños, en las que el agua entra frecuentemente en contacto con el suelo. Asimismo, los suelos vinílicos son ideales para las estancias de los más pequeños, ya que ofrecen un impacto más acolchado y son fáciles de limpiar y desinfectar.

Para su limpieza habitual se recomienda pasar la fregona con un cubo de agua con jabón neutro. Nunca uses limpiadores abrasivos sobre este tipo de superficies ya que podrían perder su color y deteriorarse fácilmente. Si observas alguna mancha seca, solo aplica un poco de la misma solución con una esponja y frota la zona.

Si el suelo es discontinuo (dividido en láminas que se van componiendo) hay que escurrir bien la fregona cada vez que se vaya a pasar para evitar que la humedad levante las juntas. Igualmente, ante el derrame de cualquier líquido, debemos actuar con rapidez para que no llegue a las juntas y entre en contacto con el pegamento. De esta manera, también evitaremos una posible decoloración por la acción del vertido.

Una de las claves para alargar la vida del vinilo (así como de los suelos de linóleo) es evitar que se raye, bien por el desplazamiento de muebles, bien por la arena y los residuos que arrastramos con el calzado desde la calle. Por ello, resulta recomendable colocar felpudos a la entrada de las estancias con suelos de vinilo y pasar frecuentemente la mopa o el aspirador (con el cepillo), a modo de mantenimiento. Asimismo, lo mejor es que incorpores protectores de suelo a las patas de los muebles, especialmente de aquellos de gran peso, para que no dañen el vinilo. Por supuesto, nunca uses estropajos que puedan rayar la superficie.

Si deseas dar brillo ocasionalmente al suelo vinílico tendrás que buscar una cera específica para este tipo de superficies, ya que los abrillantadores tradicionales dejan una película resbaladiza que atrae y concentra la suciedad.

Evita exponer tus suelos de vinilo a fuentes de calor como puede ser un ventilador o una chimenea y evita la exposición prolongada al sol, ya que el PVC podría deformarse. 

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