Llega el momento de poner la lavadora, y una vez aclarada la cuestión de cómo separo la ropa blanca de la ropa de color, se presenta un nuevo dilema: ¿puedo mezclar todos los colores? ¿es adecuado que en el bombo convivan los colores claros y oscuros? La respuesta es un no rotundo. Nada tiene que ver tu vestido rojo veraniego con una camiseta azul marino, y menos si esa camiseta ha sido utilizada, por ejemplo, para ir al gimnasio.
Lo ideal, en algunos casos, es lavar determinadas prendas a mano para evitar la pérdida o mezcla de colores, pero como eso se ha convertido en un auténtico engorro en los tiempos que corren, vamos a analizar varios consejos para poner una lavadora de color correctamente y que nuestra ropa no sufra, conserve sus colores originales y su luminosidad.
-Separa colores fríos, cálidos y oscuros: tenemos que procurar lavar por separado las prendas de la gama de los cálidos -rojo, rosa, naranja, amarillo- de los fríos, como los azules y verdes, por ejemplo. Dependiendo de las tonalidades de la ropa, habrá prendas de colores más claros y otros más oscuros: haz dos montones y distribuye las prendas cuyos colores puedan convivir mejor. Las de color negro, obviamente, tienen que ir en un bombo aparte.
-Lava siempre con agua fría y un detergente especial: la baja temperatura es mucho menos agresiva con los colores y evita desteñidos y mezclas no deseadas. Algo a lo que también contribuyen los detergentes específicos para color, más suaves y con componentes que preservan la calidad de los colores de las prendas. Y mientras de mayor calidad sea el producto, más alargará la vida y el buen aspecto de tu ropa. Así que te merece la pena invertir un poco más en un detergente con garantías.
-No mezcles texturas: intenta que las prendas que lavas juntas sean de los mismos tejidos. Por ejemplo, los pantalones vaqueros todos juntos, las toallas por separado y las prendas de algodón aparte. Los roces de la ropa cuando se están lavando en el bombo no solo causa un desgaste en la textura: los colores también sufren las consecuencias y si no te tomas un tiempo en seleccionar la ropa y poner una lavadora coherente, puedes llevarte desagradables sorpresas, como que los remaches o la cremallera del vaquero han rozado un top o vestido.
-Los programas de lavado cortos también existen, utilízalos: por ejemplo, para tus vestidos y tops veraniegos, que apenas se han ensuciado más allá de un poco de sudor. Si no quieres o no tienes tiempo de lavarlos a mano, puedes seleccionar una decena de prendas de colores del mismo tono y elegir el programa corto, de unos treinta minutos, bastante menos agresivo con las texturas y colores.
-En verano, aprovecha el centrifugado corto: el centrifugado afecta mucho a la textura de las prendas, y por ende a sus colores. Pero con el buen tiempo, en primavera y verano, podemos permitirnos el lujo de no hacer el centrifugado largo. No es necesario, ya que las prendas se secan con mayor velocidad gracias a la subida de temperaturas, el aire es más cálido y elimina la humedad. De este modo también ahorramos agua y energía.
-Tiende rápidamente y en sombra: el contacto directo con el sol también perjudica el aspecto de los colores, por eso es aconsejable tender la ropa en sombra y en un lugar aireado, para neutralizar el olor a humedad y que las prendas se sequen con más rapidez.
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