Según el clima en el que se encuentre tu hogar, la secadora de ropa puede convertirse en una necesidad equiparable a la lavadora. Además, no siempre contamos con el espacio suficiente para secar la ropa adecuadamente, especialmente en el caso de prendas grandes como sábanas y fundas de edredón. Esto puede dar lugar a que la ropa recién lavada quede con olor a humedad. A veces tampoco tenemos tiempo suficiente para que la ropa se seque al aire libre y necesitamos algunas de las prendas secas a la mayor brevedad posible. En estos casos, usar la secadora se convierte en una necesidad, por lo que conviene saber cómo sacar partido a este electrodoméstico adecuadamente.
Cómo poner una secadora
Cuando compras la secadora, lo ideal es repasar el manual de instrucciones para conocer bien sus características y hacer un uso efectivo del aparato. Hay secadoras que pueden ahorrarnos mucho trabajo si sabemos cómo usar todas sus funciones.
Una vez hayas leído el manual, ten en cuenta los siguientes puntos a la hora de usar la secadora:
– No cargues demasiado el tambor de la secadora: la ropa necesita espacio para moverse con libertad durante el ciclo y forzarla en este sentido puede significar un peor resultado.
– A la hora de pasar las prendas de la lavadora a la secadora, sacúdelas para que se desenreden.
– Separa la colada que quieres secar según los tejidos. Puedes orientarte con las etiquetas de los fabricantes. Te aconsejarán sobre el ciclo de secado más adecuado. Por ejemplo: los ciclos fuertes son apropiados para prendas pesadas como vaqueros.
– ¿A qué temperatura poner la secadora? Ajusta la temperatura del aparato en función del tipo de tejidos que introduzcas cada vez. No todo puede secarse en caliente y con la misma rapidez. Hay tejidos que pueden encoger y dañarse por el calor excesivo.
– Un truco para planchar menos e incluso evitar planchar algunas prendas es sacarlas de la secadora cuando aún están algo húmedas. Entonces, cuélgalas con cuidado al aire libre, alisándolas con las manos para que se sequen definitivamente.
Usar la secadora y ahorrar
¿Sabías que la secadora puede suponer en torno al 12% del consumo eléctrico de un hogar? Por eso, aprender a usarla de manera eficiente nos conviene si queremos reducir al máximo nuestra factura. Ten en cuenta estos consejos:
– Al cargar la secadora, separa las prendas de tejidos livianos de los pesados para un secador más rápido y uniforme.
– Siempre que puedas, seca cargas completas y no prendas sueltas para aprovechar los programas.
– Secar varias tandas de ropa de manera consecutiva ahorra porque el aparato no tiene que calentarse de una a otra.
– Evita añadir prendas parcialmente mojadas a aun tanda ya casi seca para no desperdiciar energía, ya que el detector de humedad lo interpretará como una carga húmeda al completo.
– No abras la puerta de la secadora sin necesidad, ya que esto dejará que escape el aire caliente y provocará que se alargue el ciclo de secado.
– Limpia el sensor de humedad del interior del tambor al menos una vez al mes. Este suele acumular una capa transparente que suele distorsionar la percepción del sensor, lo que afecta a los tiempos de secado.
– Limpia el filtro después de cada programa
– Coloca la secadora en un área no fría de tu hogar para conseguir mayor eficiencia.
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