La lejía es uno de los productos más eficaces y completos que empleamos en la limpieza del hogar. Su poder desinfectante y blanqueante lo convierte en una herramienta muy útil para baños, cocinas, así como para eliminar manchas de los tejidos. Además, su poder de oxidación es capaz de devolver el tono original de prendas blancas que hayan amarilleado.
No obstante, precisamente por la eficacia de la lejía como blanqueante son muchos los que desconfían de su aplicación directa en la lavadora, por miedo a que estropee los colores o dañe los tejidos de sus prendas favoritas. Teniendo en cuenta estas indicaciones, podrás emplear la lejía en tus lavados sin temor a encontrarte sorpresas.
Cómo lavar con lejía en la lavadora
¿Para qué se usa lejía en la lavadora?
Bien para blanquear ropa blanca que haya amarilleado o bien para eliminar pequeñas manchas persistentes en la ropa blanca. En el caso de que deseemos eliminar manchas difíciles en lavadoras de color, deberemos utilizar una lejía específica para prendas de color o algún producto con oxígeno activo, para evitar sustos.
¿Dónde se echa?
Si pones atención, comprobarás que en el cajetín de tu lavadora hay un compartimento identificado con un triángulo (normalmente a la derecha). Es donde debes echar la lejía en caso de que quieras blanquear las prendas de la lavadora. Si lo que quieres es eliminar manchas difíciles, deberás añadir una pequeña cantidad de lejías en el cajetín del detergente (identificado por dos líneas verticales). En caso de que tu lavadora solo tenga tres compartimentos en el cajetín, prelavado (|), suavizante (❀ o *) y detergente (||), deberás aplicar el chorrito de lejía en este último.
¿Cuándo echarla?
La lejía se vierte siempre en el cajetín antes de poner en marcha la lavadora. Tradicionalmente también se ha echado coincidiendo con los últimos aclarados de la lavadora, aunque esto obliga a conocer perfectamente el programa y estar pendiente del momento exacto.
¿Cómo se debe usar?
Por el alto poder de desgaste que tiene la lejía, debemos cerciorarnos de que utilizamos programas con temperaturas inferiores a los 50º. Cuanto más fría sea el agua, menos agresivo será el programa para nuestras prendas. Eso sí, cuanto más caliente, más eficaz será la lejía a la hora de blanquear y eliminar las manchas más difíciles.
¿Afecta a lavados posteriores?
Una vez terminado el programa en el que hemos empleado lejía, podemos poner una nueva lavadora sin miedo a que las prendas destiñan.
Una vez sabido esto, te recomendamos que uses lejía especial para lavadoras (las encontrarás en cualquier supermercado) y que repases las etiquetas de las prendas que vas a lavar para saber si el fabricante recomienda o no el uso de este producto. Consulta aquí los símbolos referentes a la lejía que aparecen en las etiquetas de la ropa.
Además,
debes tener en cuenta que, en el cajetín del detergente, los productos a base de oxígeno activo son prácticamente igual de eficaces contra las manchas y desgastan mucho menos los tejidos.
La lejía también puede usarse para lavar la propia lavadora, cuando nos interese una desinfección completa (si hay riesgo de infecciones en casa, por ejemplo) o para eliminar el mal olor que a veces suele acumular el aparato. Para ello, debes realizar un lavado con agua caliente y sin ropa, vertiendo el producto directamente en el tambor.
Lavar con lejía no es solo apropiada para lavar ropa blanca en la lavadora. También se utiliza para lavar bayetas de la cocina y trapos que utilicemos en la limpieza del hogar. Añadir un chorro de lejía en el cajetín en estos casos te permitirá desinfectar bien estos utensilios de limpieza que suelen ser uno de los principales fotos de gérmenes y bacterias de la casa. No olvides programar un ciclo de agua caliente para lavar bayetas y trapos de cocina.
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