Si durante el invierno son la calefacción y la luz las que nos suponen verdaderos quebraderos de cabeza a la hora de ahorrar electricidad en casa, en el verano, las altas temperaturas y el uso de aparatos de climatización no nos lo ponen demasiado fácil tampoco. Sin embargo, podemos tomar una serie de medidas que favorezcan el ahorro y permitan mantener nuestro hogar con una temperatura agradable durante el verano. No hablamos solo de inversión en aislamiento y aparatos eléctricos energéticamente eficientes, sino también de un cambio en los hábitos que se refleje en la factura de la luz a final de mes.
– Evita la insolación: es un concepto que alude a la cantidad de sol que entra por las ventanas de tu casa de manera que aumenta la temperatura de las estancias. La única forma de evitarla en los días de calor es mediante barreras físicas como toldos, persianas, cortinas venecianas y las propias ventanas. Durante el día y hasta que el sol se vaya a poner, conviene cerrar completamente ventanas y echar persianas para evitar que el sol sobrecaliente nuestro hogar en las horas puntas.
– Favorece la ventilación cruzada: en lugar de optar solo por recurrir al aire acondicionado, aprovecha la ventilación cruzada abriendo puertas y ventanas a primera hora de la mañana y por la noche. De esta manera conseguiremos refrescar la casa a la vez que ventilamos. Si tu hogar tiene varios pisos, conviene abrir también los del último nivel, para favorecer la corriente efecto chimenea, que se lleve el calor de la casa a la parte superior.
– La importancia del aislamiento: hay una gran diferencia entre la capacidad de ahorro de energía en verano de una casa con ventanas con doble acristalamiento y puertas aislantes, y otra con cerramientos tradicionales. En este último caso, el esfuerzo energético necesario para mantener a raya el calor en casa impedirá ahorrar electricidad.
– No abuses con el termostato: el Ministerio de Medio Ambiente recomienda que se mantenga como mínimo a 24º para favorecer el ahorro energético, ya que por cada grado que se reduzca, la factura se incrementa un 6-7%.
– Apaga los aparatos que recalientan la casa: ordenadores, televisores y dispositivos de conexión a internet pierden energía en forma de calor y aumentan la temperatura de las habitaciones.
– Derroche energético: desenchufa los cargadores de móviles y portátiles, ya que suponen un enorme gasto de electricidad. Igualmente, conseguirás restar en la factura de la luz apagando regletas de enchufes para evitar dejar electrodomésticos en «stand by».
– El ventilador, gran aliado: permite mover el aire de las habitaciones proporcionando una sensación de descenso térmico que implica un gran ahorro en la factura de la luz con respecto al aire acondicionado. Además, colocando un ventilador frente a una puerta o una ventana conseguiremos crear una corriente de aire que refresque las estancias.
– Evita la plancha: utiliza ropa que no necesite ser planchada. Ahorrarás energía y evitarás sobrecalentar la casa en las horas en las que tengas que planchar. Utiliza prendas traspirables con tejidos ligeros y tiende cuidadosamente para evitar la plancha a toda costa.
– Dónde colocar los aparatos de aire acondicionado: la ubicación sí importa a la hora de garantizar su eficiencia. Han de estar instalados en zonas bien ventiladas, donde no reciban la luz del sol directamente y siempre en las paredes más amplias para garantizar la eficiencia.
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