La idea de limpiar el lavavajillas puede resultar a priori una idea redundante, porque se trata de un electrodoméstico cuya función precisamente es la de limpiar. ¿No debería estar limpio siempre? La respuesta es rotundamente no. ¿Por qué? Basta con pensar que en el uso diario del lavaplatos introducimos todo tipo de menaje manchado de diferentes comidas e impregnado de distintos olores. Si a eso le sumamos que hay recovecos en los que pueden quedar acumulados los restos de suciedad eliminados de la vajilla en cada lavado, conviene echar un vistazo a nuestro aparato para limpiarlo a fondo.
La limpieza periódica de nuestro lavaplatos no solo impedirá que se mezclen olores dentro del aparato, sino que además garantizará su correcto funcionamiento y alargará la vida útil del electrodoméstico. Para ello, te recomendamos que dos veces al mes realices un lavado con vinagre y bicarbonato con el que quede reluciente el interior del aparato.
Bastará con que viertas una taza de vinagre en el fondo del aparato y que llenes el cajetín del detergente con bicarbonato de sodio. Programa un lavado medio a unos 50-60º grados y comprobarás que queda impecable. Una vez termine el programa y se enfríe el aparato, te recomendamos pasar una bayeta en la junta de la puerta, que suele acumular restos de moho y comida que, si no han desaparecido, se quitarán con una sola pasada.
Además, te recomendamos que habitualmente sigas una serie de pasos para la limpieza de mantenimiento del lavavajillas:
– Aclara bien los platos y cubiertos antes de introducirlos en el lavavajillas. Evitarás atascos y malos olores.
- – Limpia las juntas de la puerta del lavaplatos: si te fijas, suelen acumular suciedad en cada lavado que podrás eliminar fácilmente con un trapo y un multiusos suave, es normal que se acumule esta suciedad alrededor de la junta porque es una zona a la que el agua no llega durante el lavado.
– Cuida las gomas: elimina la posible suciedad que haya quedado atrapada en las juntas. Además, si quieres que la puerta del lavavajillas siga funcionando a la perfección durante años, no dejes que el vapor deteriore las gomas. Cuando haya acabado el programa de lavado, mantén la puerta cerrada hasta que se enfríe el interior o, si la abres, hazlo por completo, para que el vapor caliente fluya hacia afuera sin tomar contacto con la junta.
– Retira restos de comida del interior: a veces se quedan atrapados en el filtro u obstruyendo las aspas que distribuyen el agua durante el lavado.
– Utiliza vinagre para eliminar olores, restos de cal y abrillantar el interior: impregna de vinagre el interior del aparato con un trapo y ponlo a funcionar con el programa de máxima temperatura. Si el agua es especialmente dura, puedes poner el programa a funcionar directamente con una taza de vinagre en la bandeja superior.
Si además quieres que tu vajilla salga desinfectada y brillante del friegaplatos cada vez que lo pongas, no olvides reponer de vez en cuando la cantidad de sal adecuada al tipo de agua (dura o blanda), así como una dosis de abrillantador que requiera el aparato. La diferencia es abismal en caso de falte alguno de estos productos. Los lavavajillas actuales suelen contar con indicadores que se iluminan cuando falta algún producto.
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