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Diez trucos de cocina que alguna vez necesitarás

14/06/2014
Diez trucos de cocina que alguna vez necesitarás

La cocina también tiene su ciencia y aunque no hace falta ser un chef experto para salir airoso de los fogones, conviene conocer algunos trucos que tradicionalmente se han usado para solucionar incomodidades o remediar errores frecuentes. ¿No puedes deshacerte del olor a ajo cuando guisas? ¿Te has pasado alguna vez con la sal? ¿Se te pega el arroz siempre que lo cueces?

Entonces debes seguir leyendo los trucos básicos para todo cocinero, aprendiz… o cocinillas:

Freír huevo sin salpicaduras: solo tendrás que echar una pizca de harina cuando el aceite de la sartén se haya calentado.

Comidas con demasiada sal: si nos hemos pasado salando un guiso, podemos recurrir a un truco tradicional que funciona a la perfección. Consiste en introducir unos trozos de patata pelada mientras continúa la cocción.

Quitar el olor de ajo de las manos: nadie debería prescindir del ajo a la hora de cocinar, aunque es evidente que deja un olor fuerte y persistente en los dedos cada vez que se manipula. Para evitarlo, prueba a meter los dientes en el microondas un minuto aproximadamente. Cuando los saques, deja que se enfríen y pélalos. Comprobarás que la piel se quita cómodamente y el olor no se queda impregnado en tus dedos. En cualquier casi, si tus manos ya se han impregnado con el fuerte aroma, lo puedes remediar usando una pastilla de «jabón» de acero inoxidable o frotando la propia hoja del cuchillo con mucho cuidado.

Cebollas sin llorar: si no quieres sufrir la molesta irritación de ojos puedes empapar el filo del cuchillo con un algodón con vinagre. Resulta un remedio muy efectivo, pero tiene la desventaja de que puede «contaminar» levemente los sabores de lo que vayamos a cocinar. Pero sí que nos vale para preparar una ensalada o un sofrito, ya que el aroma desaparecerá. También es efectiva la técnica de mojar la cebolla y el cuchillo con agua mientras estamos cortando. De esa forma eliminamos al momento la sustancia que nos hace llorar al picar la cebolla.

Arroz suelto: si quieres evitar que el arroz blanco se te quede apelmazado después de la cocción, vierte el zumo de medio limón en el agua antes de que empiece a hervir. También puedes lavar el arroz varias veces con abundante agua para eliminar el almidón. Usa un bol para enjuagarlo y comprobarás que tras cada lavado el agua va quedando más limpia.

Coliflor sin mal olor: si te gusta la coliflor y el brócoli, pero no soportas el aroma con que impregnan la casa cuando se cuecen, introduce un poco de miga de pan empapada en leche y verás cómo no huele. También puedes eliminar el olor usando unos trozos de apio en el agua de cocción.

¿Huevos frescos? Si se ha borrado la caducidad de la cáscara de un huevo y dudas de su frescura prueba a sumergirlo en un recipiente con agua fría. Si el huevo permanece en el fondo, es fresco; si flota, es viejo.

Para que las alcachofas no ennegrezcan: sumérgelas en agua con limón hasta que las vayas a usar para cocinar.

Madurar aguacates: si quieres usar un aguacate, pero aún está demasiado verde, mételo en la nevera envuelto en papel de periódico. Verás que madura más rápidamente que los que no están envueltos. El mismo truco te sirve para madurar plátanos.

Ensalada mustia: si vas a preparar una ensalada y no quieres que pierda la textura y propiedades mientras el resto de la comida se hace, guárdala en la nevera sin aliñar, puesto que es el aliño el que deteriora rápidamente la lechuga y demás ingredientes.

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