Con el paso del tiempo y el uso habitual, nuestras prendas de color blanco van perdiendo su tono original. Pierden luminosidad, los tejidos se apagan e incluso llegan a amarillear. Si has detectado este problema en tu ropa de calle o de cama, recopila todas las prendas y realiza un tratamiento casero para blanquear los tejidos.
Elige entre algunos de estos trucos eficaces a la hora de blanquear la ropa en casa:
Limón y sal (prendas de algodón)
Mete la prenda que quieres blanquear en un recipiente con agua, detergente, el zumo de dos limones y un cuarto de taza de sal. Deja que la mezcla actúe durante al menos media hora y después aclara con agua abundante.
Por último, lava normalmente la prenda en la lavadora y tiéndela al sol preferiblemente, para garantizar que las manchas desaparecen.
Agua oxigenada y amoníaco
Deja en remojo cinco minutos la prenda en un barreño con agua y un chorro de agua oxigenada y otro de amoníaco
Agua oxigenada (prendas de lana)
Mete las prendas de lana blancas en la lavadora con un programa de agua fría y un jabón delicado, específico para este tipo de tejidos. Añade un chorro de agua oxigenada en la cubeta, en el compartimento de la lejía.
También puedes realizar el lavado a mano con el mismo tipo de jabón y añadir el agua oxigenada cuando vayas a aclarar la prenda.
Limón hervido (para manchas amarillentas)
Aprovecha el poder blanqueante natural del limón y hierve e jugo de dos o tres limones en una cacerola con agua. Mete a remojo la prenda que ha adquirido un blanco amarillento durante 30 minutos. Después, frota con suavidad el tejido y enjuágalo bien antes de meterlo en la lavadora normalmente. Por último, pon a secar la prenda al sol para conseguir un mejor resultado.
Vinagre (manchas amarillentas)
Pon a remojo la prenda que ha perdido su blancura en un barreño con agua y un buen chorro de vinagre. Después, lávala normalmente.
Limón en la lavadora
Mete medio limón en un calcetín junto con todas las prendas que hayan perdido su blancura original.
Blanquear prendas con algo de color
Si tienes prendas blancas con algún estampado o detalle de color, los blanqueantes agresivos pueden deteriorarlas.Prueba este truco: mezcla agua de cocer huevos (rica en calcio, que fija el color) con zumo de limón y deja la prenda a remojo antes de lavarla en la lavadora.
Zumo de limón (prendas delicadas)
Las prendas de encaje o con tejidos finos pueden salir mal paradas de los tratamientos de blanqueamiento agresivos. Si detectas que alguna de estas prendas ha perdido el tono de blanco original, lávala a mano con agua y el zumo de un limón frotando con mucha suavidad. Ten paciencia en este proceso y realiza un lavado a máquina normal como paso final.
Leche (mantelería)
Remoja los manteles y sábanas que han amarilleado en un barreño con agua y leche durante al menos una hora. Después, lava estas prendas con normalidad y tiéndelas al sol para eliminar el tono amarillento.
Blanqueador natural (para lavadora)
Si decides poner una lavadora con prendas que necesites blanquear, prepara un blanqueador casero que les devuelva su tono natural sin deteriorar los tejidos. Mezcla una taza de agua oxigenada con el zumo de un limón y dos vasos de agua. Cuando lo tengas bien mezclado, añádelo en el ciclo de enjuague de la lavadora.