Puede que en tu casa solo eches mano del celo cuando vayas a envolver un paquete en papel de regalo o a reparar algún objeto ligero. Pero lo cierto es que puedes aprovechar esa cinta adhesiva que habita en los cajones de cualquier hogar para otras aplicaciones ingeniosas que te facilitarán la vida. Aquí van algunas de ellas:
– Limpiar el teclado del ordenador: ¿Te has fijado alguna vez en cuánta suciedad acumula? Especialmente si lo comparten diferentes personas o sin acostumbramos a comer sobre él. Para los teclados clásicos, unas tiras de papel celo te permitirán extraer las pelusas y los restos acumulados entre las teclas de forma muy fácil. Corta tiras de celo y pásalas entre las filas de teclas, primero con el adhesivo de un lado, y luego con el contrario.
– Quitar pelusas: el celo también es un gran aliado cuando no disponemos de rollos quita pelusa en casa. Repasa las prendas negras o con tejidos que atraen las fibras con trozos de cinta adhesiva y comprobarás que pelos, hilos y pelusas van quedando atrapados en la superficie.
– Reparar un huevo golpeado: seguro que al llegar con la compra a casa, más de una vez te has dado cuenta de que hay un huevo cascado o ligeramente golpeado. Para que no se eche a perder, repara la grieta o el trozo de cáscara que falta con un trozo de celo. Estará perfecto cuando decidas usarlo.
– Delineado de ojos: si se te resiste el delineado de ojos y no sabes bien cómo concluir el «rabillo» para que quede estético prueba a colocar un trozo de papel celo en línea con las pestañas inferiores y sobresaliendo hacia la ceja. Luego, dibuja normalmente el delineado hasta que este se cruce con el celo. Rellena bien el espacio de párpado que queda entre las pestañas superiores y el adhesivo y comprobarás el resultado tan natural que queda. Este truco también te servirá para delimitar la zona en la que aplicas la sombra de ojos.
– Hacer la manicura francesa: un truco muy extendido entre las aficionadas al maquillaje de uñas es el de utilizar trozos de celo para definir bien el acabado de la manicura francesa. Para ello, basta con cubrir la uña con celo, dejando libre el área que sobresale del dedo (la parte blanca). Con el celo así colocado, pintaremos con esmalte blanco la zona que queda libre sin preocuparnos de salirnos del trazo, ya que al retirar la cinta adhesiva, el trazo habrá quedado perfecto. Si buceas un poco en internet, comprobarás que puedes utilizar el celo para ayudarte en cualquier diseño de manicura, por original que sea.
– Agujeros limpios en la pared: si no quieres que tu pared se desconche cuando vas a hacer un pequeño agujero con el taladro haz lo siguiente. Marca el punto exacto en el que harás el agujero y cúbrelo con una tira de celo transparente. A continuación, procede con el taladro normalmente y verás que no se desprenden trozos de pintura o yeso. Una vez hecho solo tendrás que retirar el trozo de cinta adhesiva.
– Recoger cristales de un vaso roto: si se te ha caído en casa uno de esos recipientes que se rompen en mil trocitos, ayúdate del papel adhesivo para recoger los trozos más pequeños y evitar cortarte.
– Reparar un bajo: una solución de emergencia, pero muy útil para esas ocasiones en las que no tienes tiempo de ponerte con la aguja y el hilo. Con un trozo de celo puedes recomponer el dobladillo de tu falda o tu pantalón para que nadie se percate de que se ha descosido.
– Ocultar los tirantes de un sujetador: ¿la original espalda tipo «nadador» de una camiseta hace que los tirantes del sujetador queden completamente a la vista? Únelos con unas vueltas de celo en el centro de la espalda una vez te hayas colocado y abrochado el sujetador. ¡Nadie lo notará!
– Escotes y tirantes en su sitio: pliega una tira de celo para que pegue por ambos lados y colócala bajo las zonas de tus prendas que tienden a moverse de su sitio para que queden bien pegadas a la ropa que lleves debajo. Es ideal para controlar tirantes que se caen o se ahuecan, así como escotes.
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