¿Has pasado una noche más sin descansar debido a las altas temperaturas? Es lo normal cuando se produce una ola de calor y el cuarto en el que dormimos no está refrigerado. Nuestro cuerpo no descansa bien cuando las temperaturas nocturnas superan los 24 grados. En concreto, los expertos sitúan el «umbral del sueño» entre los 22 y los 24 grados.
Lo cierto es que no hay ningún milagro que no sea tecnológico, que nos permita dormir bien cuando las temperaturas aprietan. Pero sí es posible tomar una serie de medidas para paliar esta situación. Por un lado, tenemos que preparar el cuerpo para descansar ante las condiciones adversas y por otro, hay que acondicionar en la medida de lo posible la habitación y la cama para atemperar el ecosistema de descanso.
Nuestro cuerpo fisiológicamente ha evolucionado para dormir por la noche, que es cuando más frío hace. Y para favorecer el sueño nuestro organismo se regula de tal manera que pierde algún grado de temperatura antes de quedarnos dormidos. Pero si la climatología externa no lo permite… ¿Cómo podemos conseguirlo?
- Una ducha antes de acostarte puede ser una buena solución para refrescar y relajar nuestro cuerpo. Es recomendable tomar la ducha con agua templada en lugar de fría, porque con el contacto de agua fría, nuestro cuerpo reaccionará generando calor. Si no quieres ducharte, al menos, puedes poner en remojo las muñecas y la nuca.
- Evita cenas copiosas y bebidas alcohólicas. La digestiones pesadas generan mucha energía (y por tanto, calor) para el cuerpo y el alcohol produce deshidratación. Omite también las comidas calientes y opta por productos ligeros y frescos como cremas frías o ensaladas.
- El cuerpo necesita estar bien hidratación, ya que el sudor va a ser el principal mecanismo de autodefensa del cuerpo ante las altas temperaturas, por lo tanto es importante beber abundante agua durante estos días calurosos. Pon un vaso de agua en tu mesita de noches por si te despiertas.
Además de preparar tu cuerpo para dormir, también debes de acondicionar la habitación y la cama en la que duermes:
- Refresca tu cuarto. Durante los momentos más calurosos del día cierra la estancia y mantenla a oscuras en la medida de lo posible. Y cuando vaya anocheciendo abre de par en par las ventanas y deja la puerta abierta del cuarto para que se cree corriente.
- Utiliza sábanas de fibras naturales como el algodón y evita los tejidos de poliéster. Para refrescar tu cama puedes utilizar una bolsa de agua de las que se usan en invierno para calentar tu cama pero a la inversa, con agua. También hay también quién se atreve a meter la funda de la almohada y la sábana bajera en un plástico para enfriarla en el frigorífico.
- Dormir abrazado a alguien aumentará la temperatura corporal de ambos por lo que en días de alta temperaturas mejor dormir lo más separado posible.
- Desconecta todos los dispositivos electrónicos de la habitación porque el calor que desprenden hará que aumente la temperatura de la estancia.
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