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Errores que cometemos con la lejía en casa

09/02/2016
Errores que cometemos con la lejía en el hogar

¿Estás seguro de que sabes cómo limpiar con lejía en casa? Es un producto usado tradicionalmente en la limpieza del hogar, pero del que tendemos a abusar según los expertos. Y es que su poder corrosivo y antibacteriano lo convierte en un producto perjudicial para el medio ambiente. Por eso, su uso debe restringirse lugares y situaciones en las que la desinfección sea imprescindible, y no ha de extenderse a la limpieza ordinaria del hogar.

Por ejemplo, su uso es adecuado para hospitales o para el hogar, cuando haya riesgo de infecciones. También es aconsejable para desinfectar las bayetas que usamos para la cocina y el baño o las tablas de cortar, que acumulan gran cantidad de bacterias.

Estos son los errores más típicos que cometemos al emplear la lejía en casa para la limpieza:

No usar guantes, ropa especial e incluso gafas de protección: el fuerte olor y el poder corrosivo de este producto

No limpiar antes la superficie con agua y jabón o algún limpiador específico para eliminar la suciedad.

No diluir la lejía. Su poder está demasiado concentrado como para no diluirla a la hora de usarla en la limpieza.

Diluir la lejía en agua caliente: perderá su poder desinfectante al evaporarse el cloro.

Echar demasiada lejía: para zonas pequeñas basta con diluir unas gotas en agua. Para suelos, calcula un tapón grande por cada 2 litros.

Usar lejía común para todo. Lo más indicado es emplear lejía de uso alimentario, que no contiene perfumes. Para la lavadora existen lejías específicas para blanquear los tejidos.

No ventilar los espacios mientras estamos empleando lejía en casa. Los vapores resultan tóxicos, así que debemos evitar respirarlos.

Usar lejía ante la presencia de mascotas. Es muy perjudicial para su salud y suele incitarles a orinar.

Opciones de desinfección más suaves

– El remedio de desinfección más natural tradicionalmente ha sido el vinagre blanco de limpieza, gracias ácido a su combinación de ácido acético, tartárico y cítrico. Para usarlo, basta con diluir pequeñas cantidades en agua.

Productos desinfectantes sin lejía: son respetuosos con el medio ambiente y se pueden usar con mascotas, aunque algunos estudios indican que pueden provocar resistencia en las bacterias, por lo que conviene alternar su uso.

Bicarbonato: un limpiador mucho más suave, pero menos poderoso que los demás en el terreno de la desinfección.

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