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Siete lugares donde se acumula la grasa en la cocina

05/04/2016
Lugares donde se acumula la grasa en la cocina

Por mucho que nos esforcemos en ser limpios e higiénicos al cocinar, la grasa se abre paso en los diferentes rincones de nuestras cocinas. Por eso, es conveniente saber dónde se acumula con mayor frecuencia y evitar encontrarnos con tiradores pegajosos o superficies que amarillean. Toma nota de los lugares donde más se acumula la grasa en la cocina:

La campana: es el lugar más lógico, puesto que se sitúa justo encima de los fogones, por lo que se ensuciará antes que ningún otro rincón de la cocina si guisamos. Si lo hacemos habitualmente, es necesario limpiar a conciencia una vez por semana la campana para mantener la higiene entre fogones y evitar, por ejemplo, que llegue a gotear grasa sobre cazuelas o sartenes. Para ello, puedes usar cualquier limpiador antigrasa o amoniaco. Además, es conveniente desmontar varias veces al año la campana para limpiarla por dentro y meter los paneles en el lavaplatos. Aprende aquí cómo limpiar la campana extractora.

Los tiradores: tanto los de las puertas de los armarios, como los de electrodomésticos como la nevera o el microondas están permanente en contacto con nuestras manos (muchas veces sucias). Eso significa que pueden acumular restos de comida y grasa, que suelen ser evidentes solo al tacto. Limpia cada semana todos los tiradores de la cocina (incluyendo los de las ventanas y el pomo de la puerta) con una bayeta multiusos impregnada en agua caliente con amoniaco. No quedará ni rastro de la grasa.

Los altos de los armarios: suelen ser zonas que a menudo olvidamos a la hora de limpiar la cocina. Pero, si pasamos la mano por estas superficies que quedan fuera de nuestra vista, probablemente nos percatemos de que acumulan una gran cantidad de grasa. Realiza cada cierto tiempo una limpieza a fondo ayudándote de una escalera y varias bayetas.

Los bajos de los armarios: igualmente, cada dos o tres meses, será bueno que retires los zócalos de los armarios y limpies los bajos de la cocina, que seguro estarán más sucios de lo que suponías.

Los objetos de decoración: a menudo, en nuestras cocinas colocamos cuadros, relojes y recipientes que hacen de este espacio un lugar acogedor. Pero tendemos a olvidar que, con el paso del tiempo, también acumulan grasa aunque no se encuentren normalmente en contacto con la comida. No olvides incluirlos en la limpieza habitual de la cocina si no quieres encontrarte con la desagradable sorpresa de que se han convertido en objetos pegajosos que incluso han amarilleado.

Las paredes: la acción del vapor y los humos que se desprenden cuando guisamos ensucian de grasa las paredes de la cocina, especialmente, las más próximas a los fogones. Repásalas con un producto desengrasante en cada limpieza y sécalas con papel de cocina para un acabado impecable.

La freidora: por mucho que seamos cuidadosos a la hora de usar la freidora, es fácil que el aceite salpique el exterior del aparato, dejando rastros de grasa que a veces no percibimos a simple vista. Repasa en cada limpieza la carcasa de este pequeño electrodoméstico para evitar que acabe acumulando una película pegajosa permanente.

El armario de las sartenes: aunque siempre introduzcamos las sartenes limpias en el armario, sobre todo si las lavamos a mano, es posible que queden algunos restos de grasa. Estos se van acumulando en el interior de los armarios donde almacenamos este tipo de menaje por lo que, de vez en cuando, conviene vaciarlos para realizar una limpieza.

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