Planchar es una tarea del hogar que a pocas personas agrada. Es una labor no demasiado fácil, que implica tiempo y esfuerzo por nuestra parte, y que no siempre resulta demasiado agradecida. Llevando a la práctica algunos trucos con la lavadora para planchar menos podemos ahorrarnos mucho trabajo, especialmente con los básicos y prendas del hogar. Pero a la hora de adecentar prendas de vestir como camisas, vestidos, blusas, pantalones chaquetas, no nos quedará más remedio que pasar el tiempo necesario ante la tabla de planchar.
Sin embargo contar con una buena plancha así como con una tabla de planchar adecuada puede ahorrarte una buena parte del trabajo, además de mucho cansancio y dolores de espalda.
A la hora de elegir tu tabla de planchar has de tener en cuenta el tipo de plancha que utilizas. Si es una plancha corriente de vapor puedes optar por una tabla común, pero si posees un centro de planchado, necesitarás una tabla de planchar específica, puesto que la caldera de estos sistemas no se adapta a un reposaplanchas vulgar. Las tablas de planchar para centros de planchado están diseñadas para el peso y dimensiones de estos dispositivos y suelen soportar mejor el trabajo con vapor.
Además de esta clasificación inicial, debes atender a los siguientes criterios a la hora de buscar la tabla de planchar ideal para tus necesidades:
– Tablas fijas o móviles: en función del espacio con el que cuentes en casa te interesará uno u otro modelo de tabla de planchar. Si lo que necesitas es guardar la tabla en un armario cada vez que no la uses, te conviene una tabla de planchar plegable ordinaria. Si no tienes un armario en el que guardar la tabla puedes considerar la opción de guardar la tabla en un colgador que instales tras una puerta o en una pared.
Si cuentas con un cuarto de plancha o una zona habilitada para estas tareas puedes considerar la opción de instalar la tabla en una pared. Cuando la necesites solo tendrás que desplegarla y una vez plegada, no ocupará apenas espacio.
– Material de la tabla: en general, encontraremos tablas de planchar con estructura de madera o metálica. Las de madera suelen ser las más costosas, si bien son más robustas, de calidad e incluso estéticas. Las metálicas suelen ser más ligeras y cómodas de trasladar.
Como opción más profesional disponemos también de muebles de planchado, apropiados para quienes tienen una ubicación fija en el hogar para esta tarea. Son de una calidad muy superior, lo que al final se refleja en el precio.
– Altura: las tablas de planchar comunes permiten regular la altura, aunque también tienes la opción de instalar una tabla fija a la altura ideal.
– Trípode: el eje de la tabla debe ser de calidad para ofrecer una correcta estabilidad que nos permita trabajar con la máxima seguridad. Antes de comprar tu tabla de planchar comprueba que se pliega y despliega sin problemas y que las patas están cubiertas con protectores antideslizantes.
– Funda: el material de la funda es uno de los elementos más importantes a la hora de planchar y obtener buenos resultados. Entre los requisitos que debe cumplir la funda es importante que sea ignífuga, transpirable y resistente a las altas temperaturas del planchado. Además, lo ideal es que el material se fije a los tejidos para poder ajustar las prendas sin esfuerzo a la tabla mientras planchamos. Recuerda que cada cierto tiempo necesitarás reemplazar la funda por una nueva. es interesante que la funda de la tabla se pueda retirar y no sea fija, para cuando llegue el momento de sustituirla.
– Almohadilla: se ubica entre la funda y la tabla para facilitar el planchado, gestionar el vapor y evitar las marcas de la tabla. También es reemplazable y algunas fundas para tabla incluso la traen incorporada.
– Soporte para plancha: muchas tablas baratas tienen un reposaplanchas de baja calidad que apenas puede soportar el peso de una plancha común. Cabe tener en cuenta este detalle y buscar una tabla cuyo soporte sea de un material que no raye la suela de la plancha.
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