Se acerca la Navidad y con ellas las reuniones de familia y amigos, no sólo en restaurantes, también en casa. Nos gusta recibir (o que nos reciban) con una buena mesa puesta. Y una vez se acaba… llega el momento de fregar. Hoy en nuestro blog os contamos algunos trucos para ahorrar agua y tener tus vajillas relucientes.
Cuando recibimos en casa a nuestros amigos o familiares, no necesariamente tiene que haber una excusa, pero siempre encontramos la perfecta para reunirnos. Nos esforzamos por poner una mesa bonita, con un mantel elegante, servilletas incluso estampadas, vasos más finos y hasta cubertería de plata. Nos esforzamos también en un buen menú: elaboramos platos que nos hacen sentir casi todo un chef de la cocina.
Y es que no nos podemos resistir a tener una ocasión para celebrar y no hacerlo. Pero cuando termina la gran comida o la gran cena, llega el momento de recoger. Recoger la mesa y fregar los platos se nos hace un poco cuesta arriba. Si bien es cierto que en equipo todo se hace mejor y que siempre tendemos a ayudar a los anfitriones o al gran anfitrión de la casa, ese momento hay que pasarlo de alguna manera.
¿Y cómo podemos lavar los platos a mano, conseguir ahorrar agua y que nuestra vajilla quede brillante? Te lo contamos más abajo.
Trucos para ahorrar agua y tener tus vajillas relucientes
En primer lugar, recomendamos tener siempre en casa una vajilla desechable para algunas ocasiones en las que sois muchos. Es la primera opción para ahorrar agua. Pero como sabemos que en estas ocasiones especiales todo tiene que ser especial y, quizá una vajilla desechable no lo sea tanto, te contamos cómo puedes conseguir que tu vajilla quede reluciente y a la vez ahorrar agua.
Es cierto que en la mayoría de hogares ya cuentan con un lavavajillas para evitar esta pesada labor, pero también es cierto que en muchos otros hogares se sigue fregando a mano. Ahorrar agua, y más en esta época del año aunque siempre es bueno hacerlo, es necesario. Hay familias que friegan sus vajillas después de cada comida, lo que quiere decir que lo hacen unas tres veces al día.
Lo ideal sería tener un fregadero doble, con dos partes. Lo que os contamos a continuación no es ningún misterio, pero sí que puede suponer un ahorro significativo cada mes.
El primer paso es eliminar completamente los restos de comida que hayan quedado en los platos y cubiertos. Primero, retira los restos de comida más grandes en la basura y una vez lo hayas hecho, introduce la vajilla sucia en la primera pila con un poco de lavavajillas y agua caliente. Cúbrelos y déjalos en remojo, así los restos que queden se irán ablandando y después será más fácil retirarlos.
Después de que hayan pasado unos minutos, se recomienda con unos guantes para que la piel no sufra, fregar con jabón de lavavajillas los platos. Si utilizas nuestro jabón de lavavajillas Active Protect no necesitarás utilizar guantes pues está dermatológicamente testado y es apto para pieles sensibles.
Seguidamente, frota los platos en círculo con el estropajo y el jabón Flota, pero no los aclares todavía. Apilalos en la segunda pila y, una vez hayas frotado toda la vajilla, entonces acláralos todos. Así evitarás malgastar agua fregando uno a uno.
Cuando los escurras, no los seques directamente. Muchas veces pierden el brillo que deja nuestro jabón de lavavajillas por esta sencilla razón.
Ahora que ya has visto que ahorrar agua y que tu vajilla quede reluciente no es incompatible. Si quieres seguir ahorrando con flota, #PracticaFlota y accede a nuestra página del ahorro para más consejos.