Todas aquellas personas que cocinan en su vida diaria saben que, por mucho que nos lavemos con jabón las manos después de manipular ajo, cebolla o pescado, el olor persiste durante horas. Puede que si no tienes mucha experiencia cocinando tú también te hayas encontrado con este problema y no hayas sabido encontrar una solución.
Aunque eliminar al 100% el olor de ajo, cebolla o pescado de las manos resulta imposible con agua y jabón, puedes recurrir a alguno de estos dos trucos, que son los que utilizan los profesionales y aficionados a la cocina, puesto que permiten eliminar el olor casi por completo:
– Bajo el grifo de agua fría: este remedio es tan simple como efectivo y consiste en colocar bajo el chorro de agua fría las manos sin frotarlas en ningún momento. Simplemente hay que dejar que el agua discurra a lo largo de los dedos y, pasados unos 20-30 segundos, nos podremos secar las manos para comprobar que el olor ha desaparecido.
Para que este truco sea efectivo es importante que previamente no te hayas frotado las manos, no que hayas intentado eliminar el olor a ajo con agua y con jabón. Porque una vez que hagas esto, el olor se fijará en tus dedos irremediablemente y solo el tiempo hará que desaparezca.
El mismo truco resulta eficaz para quitar el olor del cuchillo con el que has cortado el ajo cuando quieres cortar otros alimentos sin que los aromas se mezclen. Igualmente, debemos evitar frotar la hoja y únicamente dejar que sea el chorro de agua el que se deslice por la misma para eliminar el olor a ajo.
– Frotando con acero inoxidable: otro truco que tiene también gran número de seguidores y que solo resulta eficaz si no hemos frotado las manos antes. Consiste en frotar durante unos segundos cualquier instrumento de acero inoxidable con las manos impregnadas de ajo, cebolla o pescado. Hay quienes frotan bajo el grifo la propia hoja del cuchillo con cuidado con pasadas descendentes, o quienes emplean una cuchara para evitar descuidos peligrosos.
Igualmente, si te resulta más cómodo debes saber que se comercializan «jabones» de acero inoxidable, que por su forma de pastilla de jabón pretenden facilitarnos la tarea. La idea es tenerlos a mano en la cocina para cuando hayamos manipulado ajo, sin frotar las manos, los frotemos y restreguemos bajo el chorro del agua fría.
Otros remedios como frotar las manos húmedas con bicarbonato o lavarlas con cítricos consiguen enmascarar solo en parte el fuerte olor a ajo, pescado o cebolla, pero es una sensación pasajera.
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