Hoy queremos darte las claves para eliminar las manchas de huevo que tanto trabajo cuesta a veces quitar. Son habituales en la ropa de los niños cuando comen, en las superficies de la cocina, en los manteles y, en general, pueden aparecer en los suelos de cualquier rincón de la casa. Porque, ¿a quién no se le ha caído alguna vez un huevo al suelo? Ya te contamos cómo limpiar un huevo que se ha caído al suelo y ahora te explicamos cómo limpiar manchas de huevo de las diferentes superficies posibles.
Ropa de algodón: la clave para eliminar manchas de huevo en este tipo de prendas es ponerlas a remojo en agua fría con un chorrito de jabón y, si es contundente, frotar con un cepillo antes de introducir en la lavadora. Si la mancha está seca y presenta restos sólidos, lo mejor es retirarlos con ayuda de una cuchara previamente a poner la prenda a remojo.
Tejidos especiales: en prendas de seda o lana podemos combatir las manchas de huevo poniendo la ropa a remojo en agua con un chorrito de amoniaco (en muy baja proporción), para después lavar en la lavadora en un programa apropiado para el tejido.
Prendas blancas: puedes tratar las manchas de huevo de la ropa blanca con agua oxigenada para obtener un resultado impecable, siempre que se trate de tejidos resistentes, como el algodón. Rebaja la proporción mezclando con agua fría y deja que actúe unos minutos antes de aclarar. Evita tratar las manchas de huevo en la ropa con agua caliente para evitar fijarlas.
En la carrocería: si tu coche ha sido víctima de una gamberrada con huevos, lo mejor es que actúes rápidamente para evitar que se sequen al sol y estropeen la pintura. Retira cuidadosamente los restos a mano para que no rayen la carrocería y en una mezcla de agua con vinagre empapa trapos de microfibra y remoja las zonas manchadas. Deja que actúen 20 minutos a la sombra y aclara y seca.
Ropa de color: puedes pretratar las manchas con oxígeno activo o frotarlas con un algodón empapado en alcohol antes de meterlas en la lavadora.
Cubiertos con manchas de huevo: a veces sacamos cubiertos del lavavajillas con manchas resecas que ni siquiera se quitan bajo el grifo. En el caso de las manchas de huevo, te recomendamos que uses un paño humedecido en agua y seguidamente impregnado en sal. Solo con frotarlo contra el cubierto, el efecto exfoliante eliminará los restos resecos sin dañar el material.
Alfombras: si se nos ha caído un huevo, lo mejor es retirar las cáscaras cuanto antes y cubrir la zona con sal de mesa para que los restos se solidifiquen. Una vez conseguido, puedes retirar la sal con ayuda del aspirador o un cepillo y un recogedor. A continuación, prepara una mezcla de agua con jabón y un poco de amoniaco y trata la mancha de fuera hacia dentro con ayuda de un cepillo. Vete aclarando y repitiendo en función de cómo vaya saliendo la mancha.
Suelos de madera: limpia las manchas de huevo con una mezcla de agua fría y vinagre, para después abrillantar la zona.
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