Saltar al contenido

El kale, la verdura poderosa: propiedades y recetas

11/05/2017

Soja, té verde, quinoa, aloe vera… Hay productos o alimentos que se ponen de moda y su consumo se convierte en una constante en hogares, bares y comercios. Pero el caso del kale es bastante particular, porque no es nada nuevo en nuestro amplio catálogo de frutas y verduras propias de la dieta mediterránea. ¿Y si le cambiamos el nombre? Berza, col rizada… Os suena más, ¿verdad? El kale es la berza que de toda la vida se ha consumido en guisos y potajes en los hogares españoles. Ahora ha tomado una nueva dimensión, porque se han puesto en valor sus grandes propiedades nutritivas y escaso aporte calórico. Y sobre todo, porque se ha puesto de moda en Estados Unidos, al abrigo de las cada vez más seguidas dietas veganas y de las publicaciones que ‘celebrities’ e ‘influencers’ hacen en sus redes sociales.

Pues bien, la presencia del kale en nuestras mesas no es nada desdeñable, a tenor de sus grandes propiedades: fibra, ácido fólico, vitaminas A, C, K y B6; hierro, calcio, potasio, riboflavina… Virtudes que le hacen ser un gran sustitutivo de la carne de vacuno y la leche de vaca. Por eso es tan adorado por los seguidores de las dietas vegetarianas y veganas. Además, pese a esta concentración de nutrientes, solo posee 45 calorías aproximadamente por cada 100 gramos, lo que lo convierte en un alimento perfecto para lograr y mantener el peso saludable.

Eso sí, para sacarle el máximo partido en lo que respecta a los nutrientes tenemos que ser muy básicos a la hora de cocinarlo. Ya sabemos que las verduras, mientras más las sometamos a procesos en la cocina (cocer, asar, freír…) más propiedades pierden. Para el kale no es distinto, por eso os recomendamos consumirlo en crudo o con muy poca cocción.

Recetas

En ensalada: elimina el tallo, que es duro y fibroso, y aliña las hojas con aceite, sal, vinagre, limón… Como su sabor es más bien amargo, es aconsejable condimentar para compensarlo. Puedes combinarla con tomates, espárragos blancos, zanahoria rallada, brotes de soja… Y conseguir una ensalada súper sana y bajísima en calorías como acompañamiento a un pescado o carne a la plancha.

Salteada: saltea el kale con aceite y una pizca de sal durante unos minutos. Los suficientes para dejar la verdura al dente, con las hojas crujientes. Eso es síntoma de que conserva sus propiedades. Puedes consumirlas tal cual, como guarnición. O añadirle semillas, salsa de soja, champiñones, frutos secos naturales, requesón…

Guisada: esta propuesta sería la menos aconsejable si queremos aprovechar todas las propiedades de la col kale. Pero puede resultar muy sabrosa y perfecta para conseguir que los niños la consuman: con garbanzos, con pollo en salsa, con lentejas…

Pizzas, hamburguesas y sandwiches: sí, has leído bien. Y al hilo de la necesidad de que los niños coman verduras, no es ninguna tontería incluir este producto como sustituto de la lechuga o en una pizza de verduras. Puede que nos cueste un mundo que los pequeños coman verde, pero quizá en este formato, como un ‘trampantojo’ de la habitual lechuga, lo acepten mejor.

Zumos: es la opción más sana y nutritiva, por la que optan mayoritariamente los veganos y la que puede convertirse en un aliado perfecto para eliminar grasa. Un buen zumo por la mañana con kale, kiwi, manzana y lima, por ejemplo, nos aporta una buena parte de los nutrientes que necesitamos. Es rico en fibra y vitaminas y muy saciante. Quizás al principio te choquen sabores nuevos a los que no estás acostumbrado. Pero si estás decidido a comer sano, apúntate a los zumos que combinan fruta y verdura.

El recetario es muy amplio y ahora es vuestro turno introduciros en el ‘mundo kale’, que por cierto ya podéis encontrar en muchos supermercados, y beneficiaros de todas sus propiedades.

También te puede interesar:

Settings