¡La sangría es una de las bebidas más típicas del verano! Además de los mojitos, los refrescos o las granizadas, no hay nada más refrescante para calmar nuestra sed en la época estival.
Hay muchas formas de preparar la sangría. Puedes añadirle diferentes frutas, soda u otras bebidas carbonatadas, canela, hierbas aromáticas… Aunque eso sí, todas tienen que llevar el vino como base. Y no vale con cualquier vino, ya que esto cambiará totalmente el sabor final.
Por eso, desde Flota queremos darte la receta para hacer la sangría perfecta. Así que si tienes una celebración o una barbacoa en el jardín y quieres sorprender a tus invitados, toma nota de los ingredientes y sigue paso a paso lo que te contamos.
Ingredientes para la sangría
Para cuatro personas:
- 2 litros de vino tinto
- Refresco de naranja
- 1 Melocotón
- 1 Manzana
- 1 Plátano
- 1 rodaja de limón
- Hielo
- 2 ramas de canela
- 3 cucharadas de azúcar moreno
- Un chupito de ginebra
Cómo hacer la sangría
- Mide bien las proporciones: Lo que hay que tener claro antes de preparar nuestra sangría para que sea perfecta son las proporciones. Saber cuánta cantidad echar de vino y de la mezcla de bebida con gas es fundamental. Lo adecuado es combinar dos tercios de vino y el resto de refresco.
- Pela y trocea toda la fruta y resérvala para después.
- Añade el azúcar moreno en el fondo de la jarra. Es cierto, que las frutas aportarán ya un toque dulce a nuestra bebida, pero en este caso también vamos a aportar un toque de dulzor extra que hará que la sangría sea aún mucho más apetecible. Después del azúcar, añadimos en el fondo toda la fruta que ya hemos troceado.
- Incorpora el resto de los ingredientes líquidos en el siguiente orden: primero hay que verter el vino, después el refresco de naranja y, por último, un chorrito de ginebra. Una buena opción es elegir una ginebra de fresa, que ahora está tan de moda. Si lo prefieres, también puedes sustituirlo por otras bebidas alcohólicas como el tequila o un licor de naranja, estilo Cointreau.
- Pon los cubitos de hielo. Uno de los trucos para que la sangría esté en su punto es que se sirva muy fría. Eso sí, solo incorpora los hielos si la vas a tomar en ese mismo momento. En el caso de que la vayas a preparar y servir después, mejor incorpora los hielos en el último momento para que no se deshagan y cambien el sabor de la bebida.
¡Y voilá! Ya tenemos hecha nuestra sangría perfecta.
Cuando hayas terminado de preparar esta receta, acuérdate de usar nuestros productos para la vajilla para dejar tu cocina recogida y todos los utensilios que hayas usado limpios y relucientes.
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