Seguramente, si te preguntaran cuál es el alimento que debes consumir a diario para mantener el aporte necesario de calcio mencionarías la leche. Pero, ¿sabías que este mineral esencial para nuestro desarrollo también se encuentra en vegetales y pescados, por ejemplo?
Los especialistas recomiendan un consumo diario de unos 1.000 mg de calcio para mantener el aporte necesario que requieren nuestros huesos y nuestros músculos. Nuestro cuerpo pierde a diario calcio a través de la orina, las heces o el sudor por lo que, sobre todo a partir de los 30 años (cuando se calcula que el organismo deja de regenerar el tejido óseo), es necesario que nuestra dieta garantice el nivel óptimo de este mineral para que nuestros huesos no se resientan.
Además del consumo de alimentos ricos en calcio, factores como el tabaco, el alcohol, la cafeína o un consumo excesivo de proteínas animales, pueden favorecer la pérdida de calcio a través de la orina. Por el contrario, el ejercicio habitual y el consumo abundante de frutas y verduras favorecen la creación de tejido óseo.
Ten en cuenta estos alimentos que contienen calcio y no son derivados de la leche:
Vegetales verdes
Especialmente las espinacas crudas y la col rizada (más de 200 mg de calcio por cada 100 g), pero también los berros, el brócoli, las coles de Bruselas, las acelgas y la cebolla.
Pescados
El calcio está especialmente presente en las sardinas (unos 350 mg por cada 100 g), pero también contienen calcio las anchoas (230 mg por cada 100 mg), el salmón, el lenguado, el besugo, los boquerones, algunos mariscos como los langostinos o las gambas, y moluscos como el pulpo, el mejillón, la almeja o la ostra.
Legumbres
Resulta interesante en este sentido sobre todo la alubia (en todas sus variedad, pero especialmente la negra, tipo frijol). Pero también figuran en la lista la soja, las lentejas y los garbanzos.
Frutos
Los frutos secos figuran en muchas dietas de intolerancia a la lactosa por su aporte de calcio (almendras, nueces, avellanas, pipas crudas, pistachos, anacardos, etc.). También las semillas secas proporcionan un importante aporte de calcio (sésamo, chía, lino, calabaza, etc.).
Por su parte, las frutas deshidratadas son las que más calcio aportan, especialmente, los higos secos proporcionan unos 140 mg de calcio por cada 100 g. Pero también, en menor medida, frutas como las grosellas, las moras, los dátiles y los kiwis.
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