La fibra es una de las partes fundamentales de una dieta saludable. Es necesaria para el cuidado de la flora intestinal, así como para regular los niveles glucémicos, a la vez que ayuda a prevenir el estreñimiento y otras muchas dolencias más graves, como la diabetes o el cáncer de colon. Asimismo, la fibra se considera beneficiosa para prevenir la enfermedad cardiovascular o la obesidad.
Para mantener unos buenos niveles de fibra en nuestro organismo es necesario que nuestra alimentación incluya alimentos ricos en esta sustancia y que los consumamos intentando que mantengan al máximo sus propiedades. Frutas, verduras y granos son los grupos de alimentos que más fibra proporcionan a nuestro organismo. Pero no en todas sus versiones el aporte es igual de importante:
– Fruta y verdura a diario: es recomendable consumir cinco piezas de fruta y verdura al día. Aprovecha las comidas ligeras de entre horas para consumir frutas y acompaña tu platos con guarniciones de verdura cocinada al dente para obtener un buen aporte diario de fibra.
– Verduras crudas: la cocción hace que las verduras pierdan gran parte de sus nutrientes, entre ellos la fibra. Procura comer al menos una pieza al día en crudo para garantizar ese aporte necesario.
– Fruta entera, no zumo: los zumos pierden la mayor parte de nutrientes de la fruta, especialmente, la fibra. Por ello, es recomendable consumir las piezas de fruta enteras y, al menos una vez al día, con piel.
– Cereales integrales: los cereales sin refinar aportan muchos más nutrientes y, sobre todo, fibra. Sustituye los alimentos a base de cereales que consumes a diario por sus versiones integrales. Por ejemplo, el pan, la pasta, el arroz, la harina, las galletas, etc. Además, puedes incluir la avena en tu desayuno o en alguna merienda.
VER TAMBIÉN: Cereales integrales y cereales refinados. ¿En qué se diferencian?
– Semillas: además de fibra, las semillas aportan a nuestra dieta grasas saludables, vitaminas y minerales, entre otros múltiples beneficios. Puedes incluirlas en ensaladas, sopas y purés o en el yogur. La quinoa, el sésamo, la chía, el lino, las semillas de calabaza o de girasol, son algunos ejemplos.
– Legumbres: procura consumirlas entre dos y tres veces por semana, porque son una buena fuente de fibra. Igualmente, proporcionan proteínas, vitaminas y minerales esenciales para el buen funcionamiento del organismo.
– Frutos secos: en sus versiones en crudo y sin salar, garantizan un buen aporte de fibra al organismo, además de proteínas y Omega 3. Basta con un puñado al día incluido en cualquiera de las comidas.
También te puede interesar: