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Cómo limpiarse la lengua correctamente

30/01/2015

Cualquiera al que se le pregunte por su higiene bucal probablemente considere que es correcta al afirmar que suele lavarse los dientes después de cada comida y pasarse el hilo dental al menos una vez al día. Pero, ¿es eso suficiente para una completa higiene bucal? La respuesta es obvia y rotunda teniendo en cuenta el título de esta entrada, ya que los profesionales recomiendan incluir el cepillado de lengua e incluso el de las encías en la limpieza que hacemos tras cada comida.

cepillo_raspador

La lengua concentra gran cantidad de bacterias, sobre todo en su parte trasera, la más profunda. Éstas pueden ser la causa de un mal aliento y una mala higiene bucal. Para limpiarla, hazte con un raspador de lengua con el que arrastres toda la suciedad y bacterias acumuladas. Aunque los raspadores originales son metálicos, hoy en día encontrarás también modelos de plástico muy cómodos y fáciles de limpiar. Aunque lo más efectivo es limpiar la lengua con un utensilio raspador, si no dispones de uno también puedes limpiarte con el propio cepillo de dientes. Algunos cepillos incluso incluyen un raspador laminado de goma en su parte posterior destinado a esta función.

Así, tras cada cepillado de dientes, deberás “raspar” tu lengua de dentro a fuera con suaves movimientos de barrido. Tras cada movimiento, conviene aclarar la herramienta de raspado para eliminar la suciedad. Realiza tres o cuatro pasadas, hasta que hayas abarcado toda la lengua.

Hay que tener en cuenta que es en el comienzo de la lengua, la parte más interna, donde se acumulan mayor cantidad de bacterias, por lo que deberemos incidir lo más posible en esta zona, controlando incluso el impulso de arcada.

Limpia tu lengua tras cada comida como paso final del cepillado de dientes. Los profesionales recomiendan también realizar un raspado cada día nada más levantarnos, antes de comer o beber nada. De esta manera eliminaremos las bacterias que se han alojado durante la noche.

Además de prevenir el mal aliento, una limpieza de lengua habitual permitirá que nuestras papilas gustativas estén al 100%, potenciando nuestro sentido del gusto. Asimismo, estaremos evitando que nuestra lengua sirva de caldo de cultivo de bacterias que después suelen trasladarse a los dientes causando problemas como las caries o la gingivitis.

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