Durante el invierno es muy habitual que notemos las manos secas y agrietadas, así como cierto enrojecimiento cutáneo. La culpa es de la combinación de las bajas temperaturas a las que están expuestas (sobre todo si trabajamos a la intemperie) con todo tipo de productos químicos y materiales agresivos que manipulamos en nuestro día a día.
Por eso, durante esta estación es aconsejable que protejamos al máximo nuestras manos tomando precauciones como estas:
– Lavarnos las manos con jabones de PH adecuado (de 5,4 a 5,9): algunos jabones de manos limpian a costa de la hidratación de la piel. Busca un jabón que además de limpiar hidrate tus manos.
– Cremas hidratantes: utiliza varias veces al día una específica para combatir la sequedad. Las hay a base de urea, aceite de almendras, manteca de karité, argán, aloe vera, alantoína y ácidos grasos (como los del pescado). Tú eliges la que mejor te va
– Usa guantes para proteger tus manos del frío. Notarás la diferencia si te acostumbras a llevarlos cada vez que salgas de casa.
– Sécate bien las manos siempre: el hecho de mantenerlas permanentemente húmedas provoca que se agrieten. Sécalas siempre con suaves toques de la toalla.
– Ponte guantes para manipular productos químicos de limpieza y desinfección. Resecan y castigan mucho nuestras manos a menos que usemos guantes para evitar el contacto de nuestra piel con estas sustancias. ¡Nada de fregar sin guantes!
Además podemos aplicar tratamientos caseros que nos permitan recuperar el tacto y la suavidad de nuestras manos de forma fácil y económica. Te proponemos los siguientes:
– Mascarilla de mantequilla, miel y limón: mezcla en un recipiente un trozo de mantequilla (lo más pura posible), con una cucharada de miel y el jugo de medio limón. Mételo todo en el microondas durante unos segundo para facilitar que los ingredientes se mezclen bien. Cuando esté tibia o fría aplícala sobre las manos con un masaje durante unos minutos y déjala actuar después durante quince minutos. Puedes ponerte unos guantes de algodón para evitar manchar nada con las manos. Por último, retira con agua tibia el ungüento de las manos y seca suavemente con una toalla. También puedes elaborar una mascarilla de efectos similares mezclando aguacate y miel.
– Cura con vaselina: antes de irte a dormir, lava tus manos y embadúrnalas de vaselina. Protege las manos con guantes de algodón para evitar manchas las sábanas y permitir que el producto penetre bien en la piel. Por la mañana, lava tus manos normalmente. Repite una vez a la semana para recuperar la suavidad de tus manos.
– Infusión de salvado de trigo: en una olla con agua vierte cinco o seis cucharadas de salvado de trigo y ponlo a calentar. Cuando comience a hervir cuenta 10-15 minutos y aparta la olla del fuego. Déjalo reposar unos minutos hasta que el agua esté tibia y puedas meter las manos dentro, pero sin dejar que se enfríe por completo. También puedes verter la infusión en un bol o palangana para mayor comodidad. Introduce las manos durante diez minutos en el agua con salvado y después límpialas con agua tibia. Repite con frecuencia para obtener resultados.
– Mascarilla de yema de huevo: bate la yema de un huevo y aplícate la bien sobre las manos. Déjala actuar 15-20 minutos y después retírala con agua tibia. Repite tres veces por semana y notarás el poder hidratante del huevo.
También te puede interesar: