Cuando alcanzas tu peso ideal y a veces dejas de disfrutar de una comida fuera de casa porque te preguntas ¿qué comer fuera de casa para no engordar?. O quizás tienes una comida a la que tienes que renunciar ante el gran dilema: ¿qué comer en un restaurante si estas a dieta?. No necesariamente debes perder la libertad y la alegría de disfrutar una comida fuera de tu hogar. Incluso muchas personas hoy en día se ven obligadas a comer fuera de casa como práctica habitual por la vida tan ajetreada que llevan. Y es que ya son pocos los privilegiados que pueden disfrutar de comida recién hecha en sus casas. Por eso, pensamos que pueden serte útiles estos consejos para comer sano fuera de casa.
Aunque no lo creas, siempre hay opciones de comidas, bocadillos y bebidas más saludables cuando estás fuera de casa. Solo tienes que saber identificarlas y tener un poco de voluntad. Disfrutarás más de la comida y no pondrás en riesgo tu salud. No todas las opciones disponibles son las más altas en grasas saturadas, azúcares añadidos y sal añadida.
Sigue estos consejos útiles y aprende a comer sano fuera de casa:
1. Aplica el «método del plato»
• 50% del plato con verduras y hortalizas, pueden ser crudas o cocidas.
• 25% del plato debe aportar hidratos de carbono: patata, boniato, arroz integral, pasta integral, quinoa, mijo, cuscús, trigo sarraceno, etc. También puedes completar tu comida con un poquito de pan integral y hacerla igual de saludable.
• 25% del plato tiene que ser proteína de origen animal: carne, pescado, huevo, legumbres, tofu, seitán, etc. Las proteínas nunca pueden faltar.
• Fruta como postre y agua como bebida.
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2. Pídelo a tu manera
Cuando vayas a un restaurante puedes solicitar cambios en el menú según tu gusto. Por ejemplo, si hay algún alimento frito, pídelo a la parrilla o al vapor. Si ves que ofrecen patatas fritas, pide un poco de verdura o ensalada en su lugar. Pide porciones de carne más pequeñas y una porción más grande cuando se trate de vegetales.
Simplemente solicita la comida a la manera que deseas y en las proporciones que necesitas. Seguramente el restaurante te complacerá.
3. Comienza con una ensalada
Antes de pedir cualquier otra cosa del menú, elige una ensalada. Investigaciones recientes descubrieron que quienes comen una gran cantidad de ensalada antes del plato principal, consumen menos calorías en general. Pero debes tener en cuenta que las ensaladas no pueden ser grasas. Deja a un lado las que lleven beicon, quesos grasos, salsas contundentes, rebozados, etc.
Esto significa que debes evitar cualquier tipo de salsa cremosa como las de las ensaladas de pasta, las ensaladas césar, de col, etc. Lo mejor es pedir verduras crudas o bien marinadas y hasta podrías agregarle frutas o nueces. Las frutas como el mango, kiwi, melón y pera son el ingrediente secreto de las ensaladas de cuatro estrellas.
Evita las ensaladas cargadas de queso y carnes. O las ensaladas italianas porque son un desafío para la salud, ya que contienen salami, jamón picante y queso. Pide una ensalada que contenta solo verduras.
4. Agua y más agua
Considera siempre llevar contigo una botella de agua. Pídela como bebida en tus comidas y bebe mucha agua mientras comes. Te ayudará a disfrutar más de la comida y enviará un mensaje a tu cerebro de que estás más lleno, antes de que tu plato esté vacío.
En las comidas señaladas, olvídate de las bebidas sofisticadas. Si deseas pedir una bebida alcohólica, evita los cócteles atractivos, aunque lleven fruta, ya que incluyen mucho azúcar que solo agrega calorías. Es mejor elegir un vaso de vino o una cerveza a modo de excepción. Aunque la mejor opción siempre es el agua.
5. Platos principales
Pide que los platos principales sean sanos, ligeros y bajos en grasa. Muchos restaurantes hoy en día enumerarán las calorías y el contenido nutricional de los alimentos. Puedes pedir la opción de pescado en el menú, siempre que no sea frito.
Tienes muchas opciones cuando se trata de pedir marisco: pueden ser al vapor, al horno, a la parrilla o salteados, por ejemplo.
Evita a toda costa los grandes platos de pasta y arroz que están acompañados con pocas verduras y salsas altas en grasa con queso o nata. En vez de eso, asegúrate de elegir un pedazo de carne magra, pollo sin piel o mariscos.
Recuerda las diferentes opciones saludables: al vapor, sartén, estofado, escalfado, al horno, asado o a la parrilla.
6. De postre, fruta o yogur
Decide saltar postres suculentos como tartas, helados y demás opciones, aunque sean «caseras». Elige algo más saludable como una fruta o yogurt para terminar la comida con un bocado dulce.
7. No confundas términos
Bajo en carbohidratos no significa bajo en calorías, así que ten mucho cuidado con esos menú cuyas opciones sean bajas en carbohidratos. Debes aprender a leer entre líneas, ya que cualquier descripción del menú que use las palabras cremoso, empanado, crujiente, salteado o relleno seguramente contenga una buena cantidad de grasas escondidas.
Muchas de esas grasas son saturadas o incluso grasas trans. Otros términos de los que te debes alejar son: frito, gratinado, salsa de queso, festoneado, empanado, etc.
Si quieres alguna caloría extra, es mejor pedir que los aderezos y las salsas se sirvan por separado para que puedas agregar una cantidad menor y a tu gusto, así podrás controlar las grasas adicionales.
8. Entrantes y aperitivos
Pide que te sirvan la mitad del entrante o que dividan el plato fuerte para que compartas con tu acompañante. Obtendrás una porción más pequeña y saludable.
Si ves que hay buenas opciones entre los aperitivos, a base de mariscos y vegetales, considera omitir el plato principal y las pastas a cambio de aperitivos dobles. A veces basta hacer ese cambio para llenarte.
Evita la cesta de pan, mientras esperas la comida pide un plato de verduras crudas o bien elige unos picos de pan, que no sea demasiado.
RECUERDA: No debes etiquetar ningún alimento como bueno o malo, pero si debes diferenciar entre un alimento que se puede comer «todos los días» y otro que se debe comer «de vez en cuando». Controlar el tamaño de las porciones o compartir lo que has pedido, son otras herramientas para disfrutar de una comida saludable y rato agradable. Recuerda que querer es poder y tu cuerpo lo merece.
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