Uno de los aspecto más complicados a la hora cuidar la línea es el de controlar el apetito. ¿Has comido hace poco y vuelves a tener hambre? ¿Comes a cualquier hora del día? ¿Cuentas el tiempo que queda para la próxima comida? El estrés, los horarios de trabajo y el ritmo de vida que llevamos nos llevan a comer de forma indisciplinada lo que termina repercutiendo en nuestra salud.
Estas pautas te ayudarán a controlar tu apetito, lo que contribuirá a mejorar tu salud y te ayudará a controlar el peso:
- Respeta los horarios de las comidas. Programa tres comidas principales al día, desayuno, almuerzo y cena, más dos aportes. Uno de los trucos es picar de forma saludable entre las comidas, come frucos secos, fruta o un yogur, aquí te damos algunas ideas. De esta forma evitas que las comidas sean tan abundantes y tomas todos los alimentos necesarios para llevar una alimentación saludable y sana. No te saltes las comidas principales ya que llegarás a la siguiente con mucha más hambre.
- Haz un plan de comidas. Planifica tus menús con bastante antelación lo que te ayudará a realizar una compra más «sana» lo que repercutirá de forma directa en la preparación de los alimentos. Prepara comidas equilibradas que incluyan proteínas bajas en grasas (pollo, pescado, huevos, legumbres), carbohidratos de granos enteros (como el arroz integral), frutas, vegetales y lácteos bajos en grasas.
- Tiempo y lugar para comer. No comas mientras realizas otras tareas, ya que puede que comas más de la cuenta, ya que nos eres totalmente consciente de la cantidad que estás comiendo. Tampoco comas de pie y deprisa, come despacio y así te sentirás lleno con menos cantidad de comida.
- Controla el estrés. En las ansias de comer también influyen los estados de ánimo. Si estamos estresados, preocupados o aburridos comemos más dulces porque «aumentan la sensación de bienestar».
- Come fibra. La fibra tiene la capacidad de reducir el apetito y nos hace sentir saciados durante más tiempo. Las frutas (kiwi, ciruelas, naranjas), las verduras y hortalizas (alcachofas, brócoli…), los cereales (arroz integral, avena…) y las legumbres (lentejas, la soja…) son los alimentos que contienen más fibra.
- Limita los dulces. Los alimentos azucarados como el chocolate, las galletas o los caramelos contienen hidratos de carbono simples que se digieren muy rápidos, pero el organismo también consume muy rápido ese azúcar lo que produce una bajada de los niveles y, por tanto, tendrás hambre de nuevo.
- Duerme el tiempo necesario. La falta de sueño hace que tengas más ganas de comer. Cuando no se duerme lo suficiente se ingieren más calorías, por lo que serás más propenso a comer más y fuera de horario. Intenta descansar al menos de siete a nueve horas diarias.
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