Las personas que desarrollan su jornada laboral en turno de noche no solo ven modificados sus hábitos de vida, sino que corren el riesgo de sufrir consecuencias sobre su salud, tanto a nivel físico como psicológico. Esto se debe a la alteración del reloj biológico que provoca el trabajo nocturno, que modifica nuestros hábitos de sueño y vigilia que siempre van asociados a las horas de luz.
El trastorno que supone obligar al cuerpo a estar activo durante las horas sin luz y a dormir una vez ha salido el sol provoca una alteración en el descanso, cuya calidad disminuye notablemente, aunque se produzca en las mejores condiciones posibles. Esta anomalía en el descanso puede desencadenar problemas a largo plazo en la salud, que van desde una elevación considerable del riesgo de cardiopatías hasta un envejecimiento prematuro en una proporción de 5 años por cada 15 de trabajo en turno de noche, según estima la Organización Mundial de la Salud (OMS). Otros trastornos como fatiga, insomnio, neurosis, estrés o depresión también están relacionados con el cambio de los biorritmos provocado por estos turnos laborales.
Otro de los problemas asociados al turno de noche es la alteración de los hábitos alimenticios, que repercute directamente en la calidad de la dieta y hace a este tipo de trabajadores más propensos al consumo de comida rápida y poco saludable. Así, trabajar en turno de noche puede desencadenar también trastornos relacionados con el aparato digestivo, así como sobrepeso.
Tampoco hay que olvidar las repercusiones que estos horarios laborales tienen sobre la vida familiar y personal del trabajador y que pueden terminar afectando a su salud psicológica de este.
Ante las malas perspectivas de trabajar en un turno de noche y la necesidad de tener que hacerlo, solo nos queda ser especialmente cautos con nuestros hábitos de vida para sobrellevar lo mejor posible tan peculiar horario. Desde Flota te proporcionamos algunos consejos útiles para minimizar el impacto del trabajo en nuestra salud:
– Planifica tu horario de forma regular: establece tu horario de dormir, idealmente, con 8 horas de sueño y fija los horarios de comidas en función del descanso. Lo mejor es tratar de tener un descanso continuado y no fraccionado.
– La colaboración de los que te rodean es esencial: informa a todos aquellos con los que convives de tu horario de descanso para que lo respeten al máximo y desconecta el teléfono móvil durante esas horas. Salvo urgencias, tus horas de sueño no deben ser interrumpidas.
– A la hora de dormir, crea un entorno favorable, donde la oscuridad y el silencio te faciliten el descanso. Utilizar accesorios como tapones para los oídos y antifaces para dormir puede favorecer que la calidad del sueño aumente. Para favorecer la rutina, precede las horas de sueño de actividades que se asocian con la noche, como lavarte los dientes, relajarte un poco viendo la televisión o leyendo, tomar un baño, etc.
– Busca el horario perfecto: puede que acostarte al volver del trabajo no sea lo más idóneo para ti porque tengas obligaciones familiares por la mañana y prefieras levantarte justo antes de que comience el turno de noche. Sea como sea, debes probar el horario que mejor te permite descansar, teniendo en cuenta las circunstancias de tu hogar, tu familia y tu entorno.
– Trata de planificar tu horario teniendo en cuenta la necesidad de relacionarte con tu pareja, hijos o familia en general. Mantener los lazos será vital para garantizar tu estabilidad emocional. También será aconsejable que hagas un esfuerzo por coincidir con tus amistades para evitar el aislamiento que el turno de noche puede traer asociado.
– Evita las bebidas estimulantes: aunque tradicionalmente se han asociado a los turnos de trabajo de noche, en lugar de favorecer la concentración y el rendimiento, harán que se resienta al perjudicar tu descanso.
– Mantén en lo posible los hábitos de desayuno, comida y cena, aunque tengas que desayunar antes de acostarte o cenar antes de entrar a trabajar. Tu cuerpo agradecerá que al menos mantengas las rutinas de alimentación y no es aconsejable en ningún caso que te saltes ninguna comida.
– Haz ejercicio: al igual que sucede con los horarios diurnos, practicar algún deporte o actividad física regularmente te ayudará a conciliar el sueño y mantener sano tu organismo. Puedes realizar tu ejercicio por las tardes, antes de cenar y comenzar tu horario laboral y plantearlo como la primera actividad de tu jornada.
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