¿Crees que te aplicas correctamente el protector solar cuando vas a la playa o a la piscina? Dermatólogos y especialistas advierten de la necesidad de que nos apliquemos la crema solar en casa, unos 20 minutos antes de exponernos al sol, para cerciorarnos de que somos cuidadosos a la hora de proteger todas las zonas de nuestro cuerpo. Y es que los melanomas tienden a aparecer en este tipo de áreas olvidadas que permanentemente exponemos a los rayos del sol.
He aquí una lista de las zonas que con toda probabilidad olvidas cuando te aplicas el protector solar. ¿Nunca te has quemado alguna de estas partes?
Orejas: aunque nos afanemos por aplicarnos un buen protector solar en el rostro, normalmente no nos percatamos de que la piel de las orejas también está expuesta al sol y, por tanto a las quemaduras. De hecho, es una de las zonas más propensas a la aparición de manchas peligrosas.
Párpados: aunque nos echemos protector solar en el rostro, solemos pasar por alto los párpados, cuya piel sensible es muy vulnerable a las quemaduras solares. Si te los has quemado alguna vez comprenderás la necesidad de proteger esta delicada zona.
Pies: los empeines suelen ser las zonas más expuestas puesto que quedan fuera la arena y a menudo, aunque los cubrimos con protector solar, este se retira cuando paseamos por la orilla del mar o nos mojamos los pies en la piscina. Recuerda también ponerte crema con filtro solar en las plantas de los pies y entre los dedos, zonas que nos podemos quemar sobre todo al tumbarnos boca abajo.
Manos: aunque es la primera parte que entra en contacto con la crema protectora, tendemos a lavarnos las manos para evitar la sensación grasienta, dejándolas desprotegidas ante el sol. Las palmas son una de esas zonas vulnerables en las que se presentan muchos casos de melanoma.
Axilas: al tratarse de áreas expuestas a la sudoración permanentemente nos solemos olvidar de protegerlas. Es conveniente proteger al menos la parte de la piel que rodea la axila y que queda más cerca de los tirantes en el caso de bikinis y bañadores femeninos. De lo contrario estaremos expuestos a dolorosas quemaduras.
Corvas: la parte trasera de las rodillas es un doloroso clásico de las quemaduras solares. Es importante aplicarse la crema protectora de pie para no olvidar en general la parte trasera de las piernas, incluida esta parte de la articulación que se puede quemar cuando nos tumbamos boca abajo.
Bajo los glúteos: la aplicación de loción solar en las piernas debe incluir los glúteos, prestando especial atención a los pliegues que se forman bajo estos. Es muy fácil quemárselos durante una intensa jornada en la playa o la piscina.
Bajo tirantes y costuras: a menudo los aplicamos la crema protectora dando por hecho que nuestras prendas de baño permanecerán toda la jornada en la misma posición. Por eso, es frecuente que tras una exposición al sol prolongada nos percatemos de que nos hemos quemado solo en las líneas más próximas al bañador porque este se ha movido después de protegernos con la crema. Así, es recomendable aplicarse el protector solar en casa antes de ponernos la ropa de baño procurando cubrir bien la piel que rodea estas zonas de transición.
Labios: todos hemos comprobado alguna vez que se queman y pueden dar lugar a molestas quemaduras. Si esto ocurre, además estaremos favoreciendo la aparición de arrugas en el contorno de los labios. Para evitarlo, usa un bálsamo labial con filtro UV y aplícalo generosamente durante todo el día, sobre todo al salir del agua.
Cuero cabelludo: los rayos del sol también inciden directamente sobre la piel de nuestra cabeza y por eso esta presenta lunares y manchas. Aplica crema protectora en el nacimiento del pelo y lleva un gorro para protegerte durante toda la jornada.
Cabello: el sol provoca desgaste, envejecimiento y sequedad en el pelo. No olvides llevar contigo siempre un protector solar para cabello. Al acabar el verano lo agradecerás.
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