Internet se ha convertido en un ir y venir de dietas adelgazantes que han alcanzado gran popularidad entre quienes desean deshacerse de esos kilos de más acumulados tras las vacaciones, eso sí, de forma rápida y con el menor esfuerzo posible. Muchas ganan gran popularidad tras ser promocionadas por celebridades que han conseguido perder peso y muy pocas obedecen a criterios como el equilibrio nutricional, el efecto rebote y los posibles riesgos para la salud a corto y largo plazo.
Un año más, el Instituto Médico Europeo de la Obesidad (IMEO) recopila un listado con las cinco dietas populares menos recomendables, que durante el año pasado año tuvieron gran repercusión. Se trata de una recopilación extraída a partir de la experiencia de este instituto con pacientes con sobrepeso y obesidad, que permite actualizar los datos sobre las dietas de adelgazamiento con mayor efecto rebote, que funcionan a corto plazo y fracasan a largo, e incluso métodos que se pueden considerar fraudulentos o peligrosos.
Top 5 de las dietas menos indicadas
Aquí se recopilan cinco dietas populares que se caracterizan por ser demasiado restrictivas e incompatibles con la vida social. Su atractivo responde a que prometen perder mucho peso en poco tiempo y normalmente se sirven de la imagen de algún famoso para avalar sus resultados. Sim embargo, carecen de sustento científico y a menudo recurren a productos naturales atribuyéndoles poderes milagrosos. La realidad es que dejan una profunda huella en la salud: múltiples efectos secundarios y un posterior efecto rebote. Son insostenibles a largo plazo y totalmente desaconsejadas para lograr una pérdida de peso saludable.
1. Dieta de las pastillas quemagrasas
Sin duda, estamos ante la peor de todas las dietas y potencialmente la más peligrosa de la que se teme que seguirá ganando adeptos en 2017, ya que entre sus famosas defensoras está la mismísima Kim Kardashian. La Asociación Británica de Dietistas (BDA, por sus siglas en inglés) ya ha advertido sobre los efectos adversos de las “pastillas milagro” que se toman sin prescripción médica con el fin de perder peso, absorber grasas, suprimir el apetito o acelerar el metabolismo, incluyéndola en su Top 5 de las dietas menos indicadas para perder peso a lo largo de este año. Los expertos en nutrición y dietética del Instituto Médico Europeo de la Obesidad consideran esta dieta “la peor elección posible”, debido también a las noticias que nos llegan cada año de casos de personas que han muerto por consumir pastillas adelgazantes.
“Cuando el objetivo de una dieta es únicamente perder peso a cualquier precio, debemos desecharla inmediatamente”, aconseja Bravo. Con dietas basadas en este tipo de compuestos químicos no sólo estaremos poniendo en peligro nuestra salud, sino que “tendremos garantizado el efecto rebote y en muchos casos los efectos posteriores, como el hipertiroidismo, se mantienen de por vida”, añade.
2. Teatoxing o dieta depurativa con té
No es difícil deducir que el «teatoxing» implica el consumo de té con fines depurativos para el organismo, mejora en la piel o para perder hasta 3 kilos en tan sólo tres días. Es la receta mágica de famosas, como Britney Spears, para entrar en forma con inmediatez. A los compuestos de estas infusiones suelen añadir plantas estimulantes, como el guaraná, que es contraindicado en casos de embarazo, lactancia, problemas de insomnio o enfermedad cardiovascular. Otra sustancia a la que a menudo recurre el teatoxing es el sen, una hierba laxante originaria de India, que se utiliza con fines adelgazantes debido a su efecto purgante y por el hecho que disminuye la digestión de las calorías de la dieta. Hay que tener mucho cuidado con esta planta medicinal, porque al alterar el metabolismo, puede provocar cierto grado de dependencia, promover el colon irritable y, además, conlleva a la mala absorción de los nutrientes.
“Desde nuestro punto de vista, esta dieta carece de los nutrientes mínimos diarios que nuestro cuerpo necesita para mantener sus diferentes funciones en un estado óptimo de funcionamiento. No aporta proteínas, ni grasas de algún tipo, por lo que la pérdida de peso que se produzca será principalmente de agua y masa muscular”, detalla el experto en nutrición del IMEO.
3. Dieta Cetogénica
La dieta cetogénica, cuyas variantes más polémicas llevan los nombres de Atkins, Dukan o Scardale, afloran cada año con fuerza, debido a que prometen bajar hasta 12 kilos en un mes y también al hecho que encuentran muchas seguidoras célebres, como Jennifer López o la Duquesa de Cambridge. Se basan en la cetosis, un estado metabólico que se produce por la carencia de hidratos de carbono, induciendo al catabolismo de los lípidos con el fin de obtener energía. A primera vista todo parece beneficios, sin embargo hay que subrayar que este método para perder peso precisa supervisión médica, ya que puede fomentar el riesgo de padecer ataques cerebrovasculares o cardíacos.
Otros efectos adversos serían el estreñimiento, mal olor de sudor y aliento o el dolor de cabeza. Los que se han sometido en algún momento a esta dieta, coinciden en tener una frustrante sensación de limitación gastronómica, ya que el menú diario está compuesto principalmente por alimentos proteicos y verduras, excluyendo cualquier fuente de azúcar como frutas, cereales, legumbres o dulces. Pero una mínima ingesta de azúcar o endulzante, obtenidas de un caramelo o chicle, rompería el estado de cetosis, produciendo una gran sensación de hambre y fatiga.
Otro punto en contra de las dietas cetogénicas, demostrado por varios estudios, es que conllevan a un aumento de los niveles de cortisol en la sangre, hormona que en exceso produce sensación de estrés y ansiedad.
Los que, de todas formas, van a optar por este tipo de dietas deben seguir un riguroso proceso de incorporación progresiva de carbohidratos en su menú, tras finalizar el régimen, para evitar el efecto rebote. Este proceso suele durar desde 2 o 3 semanas a varios meses, dependiendo del peso que se haya perdido.
4. La dieta de los zumos verdes
Con fines publicitarios se les ponen nombres como anti-estrés, antiaging, anti-celulitis o detox. Se les atribuyen beneficios para el control de la presión y el colesterol, la salud de la piel e hígado. Es sabido que ciertos jugos, si se toman con regularidad, pueden ayudar a mejorar la salud, pero también hay que dejar claro que no resolverán ningún problema por sí solos. La dieta de los zumos verdes, a la que en ocasiones recurren la modelo de ropa interior Rosie Huntington-Whiteley e Isabel Preysler, se basa en batidos compuestos mayoritariamente de verduras y hortalizas, mezcladas con algún tipo de frutas para hacer el trago más ameno.
Es una moda potencialmente peligrosa, sostiene Rubén Bravo del IMEO, y apunta que “es muy importante entender que los preparados multivitamínicos no son una comida líquida para adelgazar, porque no cumplen con los requerimientos nutricionales y proteicos de una comida principal”. Al ingerir la verdura y la fruta trituradas omitimos la masticación y la insalivación, una parte del proceso digestivo que puede influir en el efecto de saciedad y acentuar la sensación de hambre. Se trata de un planteamiento incompleto e insostenible en el tiempo que puede conducir a la pérdida de masa muscular o hipervitaminosis.
Los anuncios que prometen perder con este método hasta 5 kilos en 7 días pueden considerarse fraudulentos, sentencia Bravo y subraya que una dieta de este tipo, por razones de salud, nunca debería prolongarse más de 48 horas.
5. Clean eating o la moda de los alimentos “limpios”
Un concepto relativamente novedoso que ha cobrado fuerza en las redes sociales en países como Reino Unido y Estados Unidos, debido a que blogueros influyentes en el sector de la alimentación y la dietética lo han recomendado como tendencia. Entre sus seguidoras figuran los nombres de Miranda Kerr y Jessica Alba.
Desde la Asociación Británica de Dietistas (BDA) han calificado el clean eating como la peor dieta posible del año alertado de sus potenciales peligros. Señalan, en primer lugar, la subjetividad y dificultad en definir qué alimentos pueden ser considerados “limpios”. En este punto los defensores del nuevo método no se pueden poner de acuerdo. Algunos excluyen los lácteos de la dieta, otros los cereales, los alimentos procesados, éstos con gluten, azúcar añadida, etc. “Esto hace que las personas más vulnerables que siguen este plan pueden acabar no solo con una dieta extremadamente restrictiva, sino con problemas psicológicos y trastornos de la alimentación, como la ortorexia, una obsesión por la comida sana que empieza a proliferar entre deportistas y jóvenes”, recalca Bravo.
Desde el IMEO insisten en la importancia de tener una alimentación saludable, pero sin caer en extremos. En este sentido, recuerdan la necesidad de incorporar a nuestro menú diario frutas y verduras crudas; limitar el consumo de alimentos procesados (fritos, enlatados, congelados, manipulados industrialmente, etc.); priorizar los cereales integrales en lugar de harinas refinadas; planificar la compra semanalmente con el fin de asegurar la variedad de nutrientes y retomar el hábito de preparar nuestra comida en casa.
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