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Los siete errores más frecuentes en la manicura

13/03/2015
Los siete errores más frecuentes en la manicura

¿Te haces la manicura a ti misma habitualmente? Pues probablemente te resulten familiares algunos de estos errores frecuentes.

Son fáciles de evitar y bastan algunos trucos para que tus uñas queden perfectas sin que la manicura resulte un engorro. ¡Toma nota!

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1. Corregir con algodón: cuando te haces la manicura a ti misma, siempre hay una mano que te cuesta más (¡si no te cuestan las dos!). Por eso lo más probable es que al acabar de aplicarte el esmalte de color tengas que eliminar manchas de las cutículas o las yemas de los dedos. Para ello, no debes emplear nunca algodón, puesto que corres el peligro de que se quede impregnado en la uña recién pintada o elimine parte de la laca con el quitaesmalte. Lo más seguro es que utilices algún pincel fino (de uñas, de ojos o de labios) mojado en quitaesmalte. Te permitirá una mayor precisión a la hora de corregir errores.

2. Pintar sin estabilidad: será más fácil que nos salgamos y nos manchemos los dedos si no tenemos ningún punto de apoyo cuando nos pintamos. Las manos tiemblan menos cuando las apoyamos parcialmente sobre una mesa, por ejemplo. En las tiendas especializadas encontrarás también soportes para apoyar y fijar las uñas cuando nos las pintamos, reduciendo así el riesgo de cometer errores.

3. Pintar primero la mano fácil: seamos zurdos o diestros, siempre hay una manos en la que nos cuesta más aplicar el esmalte de uñas con precisión. Si encima acabamos de pintar las uñas de la mano con la que tenemos menos destreza la tarea se nos resistirá aún más. Prueba a empezar por la mano que más te cuesta pintar y verás cómo la tarea no te resulta tan incómoda de esta manera.

4. No “sellar” la uña: un truco para prolongar la duración de nuestro esmalte de uñas es pintar el canto también. De esta forma estaremos “sellando” mejor el acabado. Además, es aconsejable utilizar algún tipo de esmalte de acabado (“top coat”) que proteja el color durante más tiempo.

5. Mover la lima como un serrucho: uno de los errores más comunes a la hora de hacernos la manicura es el de frotar la punta con los movimientos de un serrucho. Frotar continuamente hacia delante y hacia atrás el canto de la uña solo provocará que se astille y debilite. En su lugar, lima solo en una dirección, primero de la punta hacia el centro y luego desde la otra.

6. Maltratar la cutícula: solo debemos tocarla cuando invada la superficie de la uña y siempre con un palito de naranja (o una herramienta específica) con el que empujaremos con suaves movimientos circulares. Además, no se recomienda recortar la cutícula, a menos que esta se haya despegado ya de la uña. De lo contrario, podemos favorecer alguna infección.

7. Poner parches: intentar reparar los pequeños desconchones de una uña poniendo encima un poco de esmalte es toda una chapuza que no nos dará buen resultado. Cuando una uña pierde el color por alguna zona, lo mejor es limpiarla por completo y pintarla de nuevo.

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