Puede que te sorprenda que, después de tantos años escuchando que lo correcto es hacer la cama cada mañana, la ciencia venga ahora a contradecir los beneficios de esta costumbre que nuestras abuelas no perdonaban. Se trata de un hábito relacionado con el orden y la disciplina en el hogar que sin embargo podría tener consecuencias negativas en nuestras salud, de acuerdo con algunos estudios como el publicado por la Universidad de Kingston (Londres).
El principal inconveniente se deriva de la presencia de los ácaros entre nuestras sábanas. Si bien durante las horas de sueño no podemos evitar su presencia, sí podemos reducir su presencia y evitar que proliferen de manera descontrolada dejando que el aire fresco y el sol impacten directamente sobre las sábanas. Para ello, según los investigadores de este estudio, lo ideal es dejar la cama deshecha con las sábanas abiertas durante unas horas para garantizar la ventilación. Esto implica dejar la ventana abierta del dormitorio durante el tiempo necesario para que los ácaros no se propaguen.
Si por el contrario hacemos la cama nada más levantarnos, la combinación de humedad provocada por el sudor y falta de ventilación entre las sábanas favorecerá la aparición de nuevos ácaros que sobre todo pueden afectar a personas con problemas respiratorios, asma, alergias o afecciones de la piel. Sin embargo, la luz del sol y el aire fresco hacen que los ácaros mueran, controlando así en mayor medida su presencia durante las horas de sueño.
¿Debemos entonces mantener la cama deshecha todo el día? No es necesario sacrificar el orden en el hogar por este motivo. Basta con que mantengamos una correcta ventilación durante unas horas horas con las sábanas extendidas para que desaparezca la humedad que ha podido acumularse en la cama durante la noche. Si además conseguimos que los rayos del sol impacten de alguna manera sobre los tejidos, mejor aún (cuidado con los colores que se van desgastando).
Además, para evitar la proliferación excesiva de ácaros es conveniente lavar con frecuencia colchas, manchas y edredones y exponerlos al sol en la medida de lo posible para acabar con estos microscópicos seres que pueden llegar a ser tan molestos. También hay que tener en cuenta que los ácaros se acumulan en los cojines y las almohadas, con lo que no hay que descuidar su limpieza.
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