Es posible que hayas conocido la quinoa o quinua a través de la carta de algún restaurante de comida vegetariana o cocina de nueva creación. Poco a poco, este ingrediente poco conocido y que nos recuerda a la avena se va introduciendo en nuestras cocinas. Pero, ¿qué es la quinoa?
Se trata de la semilla comestible de la planta conocida como quinua que se cultiva principalmente en Perú y Bolivia, pero que hoy en día se produce también en países como Colombia, Argentina, Ecuador, Chile o Estados Unidos. Hace más de 5.000 años que se cultiva en Sudamérica, desde las culturas precolombinas, pero su incursión en la cocina más occidental ha comenzado a ponerse de moda en los últimos años. De hecho, en 2013 la FAO celebró el año internacional de la quinoa.
Aunque a simple vista pueda parecer un cereal, se trata en realidad de una semilla, por lo que es considerada como pseudocereal. Además, su composición es más rica que la de los cereales en cuestión de nutrientes. De hecho, es considerada un “superalimento” que podría ser la clave de la seguridad alimentaria en las zonas más castigadas del tercer mundo. Su alta tolerancia a las sequías y su capacidad de proliferar en suelos pobres ha provocado que numerosos países de África, Asia y Oriente Próximo hayan manifestado su interés por experimentar con el cultivo de la quinoa, según la FAO.
Propiedades de la quinoa
– La quinoa se compone mayoritariamente de hidratos de carbono, aunque contiene un gran aporte de proteínas de calidad y una pequeña parte de grasas poliinsaturadas.
– Puede compararse en aporte energético a cereales y legumbres como los frijoles, el maíz, el arroz o el trigo, ya que aporta una cantidad similar de calorías.
– Aunque depende de la variedad, la cantidad de proteínas en la quinoa comprende entre el 10 % y el 17 % en su parte comestible 3, lo que supone un mayor aporte que la mayoría de granos. Sin embargo, es muy valorada por la calidad de las mismas, ya que posee ocho aminoácidos esenciales para la alimentación de niños y adultos, algo que la mayoría de los granos no tienen.
– Proporciona un valioso aporte de fibra dietética, cuya cantidad en crudo varía entre los 13,6 gramos y los 16 g por cada 100 g . La fibra dietética es imprescindible en nuestra alimentación para facilitar la digestión y prevenir el atasco intestinal.
– La quinoa contiene más grasas que muchos de los granos, en su mayoría, ácidos grasos ensenciales, que facilitan la absorción de vitaminas liposolubles. Además, se ha demostrado un alto contenido en vitamina E, que actúa como antioxidante natural.
– La quinoa proporciona también un buen aporte de vitaminas B2, E y ácido fólico en comparación con otros granos.
– En cuanto a minerales, la quinoa aporta una mayor cantidad en comparación con el resto de los granos, con un especial aporte de hierro, magnesio y zinc.
– Es un pseudocereal apto para celíacos, ya que no contiene gluten. Igualmente, resulta idóneo para personas con diabetes o que necesiten hacer dieta, gracias a bajo índice glucémico.
Cómo se cocina la quinoa
A la hora de preparar la quinua es importante lavarla bien para eliminar las saponinas de la capa externa del grano, que le dan un sabor amargo. Para ello, coloca la quinoa bajo el chorro de agua fría y remueve los granos durante unos minutos.
Por su gran parecido a los cereales y su contenido en almidón, la quinoa se suele tratar en la cocina como una especie de arroz o sémola. Se puede cocer, moler para obtener harina, usar para rebozados, postres, etc.
La forma más habitual de prepararla es la cocción y se consume en sopas, ensaladas o salteados de verduras. Para cocerla, se emplean tres partes de agua por una de quinoa y se deja unos 15 minutos a fuego medio. La clave es comprabar que el grano se ha vuelto transparente y ha doblado su volumen.
Un buen truco es tostar ligeramente los granos en la sartén antes de la cocción para darles un ligero sabor a nuez.
Quinoa vs arroz integral
El arroz integral es un cereal natural y saludable cuya composición, usos y sabor podrían ser comparables a los de la quinoa. Tienen una cantidad casi idéntica de calorías y carbohidratos, aunque la quinoa contiene más grasas (buenas) y un mayor aporte de proteína y fibra. Asimismo, el contenido en aminoácidos esenciales que encontramos en la quinoa no es comparable con el del arroz integral.
Si hablamos del sabor, la quinoa tiene una textura más suave y un sabor más sutil que el arroz integral, que contiene el salvado y el germen que normalmente se retira al arroz refinado. Además, el arroz integral necesita más tiempo de cocción (unos 45 minutos) que la quinoa (entre 15 y 20 minutos).
Sin duda, para dietas vegetarianas o con necesidades especiales de proteínas, la quinoa es una opción más completa que el arroz integral, ya que contiene cantidades comparables a las de los productos cárnicos sin las calorías y grasas insalubres que estas incluyen. Asimismo, ambas opciones son aptas para celíacos.
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