Nadie puede resistirse al placer de disfrutar de un helado en los meses de calor. El gran inconveniente es el aporte considerable de grasas y azúcares que supone cada porción y que resulta poco recomendable para cualquier dieta saludable. Por eso, lo ideal sería consumir este tipo de postres en contadas ocasiones y procurando siempre elegir la opción más saludable, para que el impacto negativo en nuestra dieta sea el mínimo posible, especialmente si tenemos problemas de sobrepeso, colesterol o diabetes.
¿Cómo saber qué helados son más sanos? En primer lugar, podemos distinguir dos clases de helados atendiendo a su formato:
– Helados cremosos, con alto contenido en grasas y azúcares. Este tipo de helados contienen grasas saturadas que pueden proceder de los derivados lácteos o de los aceites de palma o coco. También suelen contener porcentajes cercanos al 30% de azúcares.
– Helados tipo polo y sorbetes, aparentemente más ligeros, pero con un gran porcentaje de azúcares igualmente.
En estos casos, siempre será mejor optar por versiones de helados sin azúcares añadidos dentro de la oferta industrial, aunque hay que tener en cuenta que compensan su falta de sabor con todo tipo de aditivos también perjudiciales.
Por otro lado, son preferibles los helados cremosos que se realizan tradicionalmente en nuestro país (especiamente en las zonas del Levante español, de gran tradición heladera), ya que tienden a tener un mejor porcentaje de grasa que los de tipo americano, que alcanzan valores de hasta el 20%.
Además, son preferibles los helados cuyas grasas procedan de la leche y no de los aceites vegetales mencionados. Además, es interesante que nos fijemos en si utilizan emulsionantes naturales (como el suero de la leche o la yema de huevo) o por el contrario llevan hidrogenados.
Las opciones «light» pueden llevar a engaño puesto que si bien prescinden de las grasas, lo compensan con una gran cantidad de azúcares refinados, más perjudiciales que las grasas que proceden de la leche y que al menos aportan ciertos nutrientes.
¿Cuál es el helado más sano?
Definitivamente, las opciones más saludables son dos:
– Los helados artesanales (siempre que estén elaborados con leche y emulsionantes naturales).
– Helados caseros: hay multitud de recetas que se pueden elaborar fácilmente en casa y resultan más saludables que los helados comerciales. Elige frutas de verano con alto contenido en agua para elaborar sabrosos polos. También puedes conseguir apetitosos sorbetes con jugos de frutas naturales y un poco de hielo.
También puedes optar por recetas que mezclen frutas y leche o yogur que solo tendrás que congelar para transformar en sabrosos helados cremosos. Igualmente, puedes elaborar helados a partir de infusiones.