Las vacunas son compuestos formados por microorganismos desactivados, atenuados o muertos que se administran al organismo con el fin de que este cree los anticuerpos necesarios para prevenir enfermedades concretas de carácter infeccioso. En introducirse en nuestro cuerpo, la vacuna recrea la enfermedad sin provocar la infección, favoreciendo la respuesta del sistema inmune, que genera defensas que nos protegerán contra la enfermedad en caso de contagio. Echando un vistazo al calendario de vacunación recomendado por Sanidad, podemos comprobar que hay vacunas que requieren recordatorios, como la del tétanos o la difteria. Este hecho se debe a que ciertas vacunas tiene un efecto limitado en el tiempo que necesita ser reforzado por nuevas dosis.
Las vacunas se consideran medicamentos muy seguros sometidos a un control exhaustivo previo a su implantación, ya que están diseñadas para su aplicación preventiva en personas sanas. Asimismo, su efectividad a la hora de la prevención de enfermedades ronda entre el 90% y el 100% en la mayoría de los casos y proporciona una inmunidad que las propias enfermedades son incluso incapaces de generar. De hecho, la desaparición de ciertas enfermedades en la actualidad responde a la aplicación generalizada de un calendario de vacunas común. Es lo que se conoce como inmunidad colectiva.
No hay más que asomarse a los países subdesarrollados para comprobar que este tipo de enfermedades siguen muy presentes en las sociedades que no tienen acceso a este tipo de vacunas. De ahí la importancia de acogerse al programa de vacunación aunque muchas de las enfermedades se consideren casi erradicadas en nuestro país, ya que no debemos olvidar que estas pueden cruzar fácilmente fronteras y moverse de un continente a otro.
Cuando hablamos de calendario de vacunación nos estamos refiriendo a un plan de vacunas preestablecido por la Administración en un período determinado, desde el nacimiento hasta la pubertad, aproximadamente. En él se recomienda cuándo es necesario administrar las principales vacunas contra enfermedades graves comunes para inmunizar al individuo. Además, existen otras que no se contemplan en el sistema de la Seguridad Social, pero que son igualmente importantes.
Las vacunas contra la poliomelitis, la difteria, el tétanos, el sarampión, la rubeola, la parotiditis, la varicela, el neumococo, la hepatitis B y el virus del papiloma humano, están incluidas en el calendario de vacunación infantil, desde los 0 meses a los 14 años.
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*Fuente: Asociación Española de Vacunología y Organizaciñon Mundial de la Salud.