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Trucos para evitar las rozaduras en los pies

03/06/2015
Trucos para evitar las rozaduras en los pies

Con la llegada del calor y el cambio de calzado los pies están más desprotegidos. Al quitarnos medias y calcetines, los pies empiezan a sufrir el roce de los zapatos y, en consecuencia, aparecen las temidas y dolorosas rozaduras.

Las ampollas, las rozaduras y las pequeñas heridas de los pies se pueden evitar si tenemos en cuenta una serie de recomendaciones. Toma nota de estos consejos:

Cambio progresivo

Durante los meses de frío los pies están muy protegidos y, de repente, con la llegada de la primavera, pasan a estar totalmente desnudos. Por lo que el cambio de calzado, de zapatos y zapatillas cerradas a zapatos descubiertos y sandalias se debe de hacer poco a poco, de forma progresiva.

En los primeros momentos se pueden usar medias o pinkis, que son válidos con casi todo tipo de zapatos. Además de evitar el roce directo con el material del calzado te ayudarán a absorber el sudor y la humedad.

Prepara tus zapatos

Si utilizas calzado de otras temporadas puede que te encuentres con alguna sorpresa, ya que durante los meses en los que no los has usado se han podido endurecer y puede que estén más rígidos.

Un truco que suele funcionar bastante bien si los zapatos son de piel es aplicarles un poco de crema hidratante en las zonas más duras (costuras y bordes) para que se ablanden un poco y se adapten mejor a la forma de tu pie.

Asegúrate también de que los zapatos se ajustan bien a tus pies, sí, a los dos, porque siempre hay diferencias de un pie a otro. Puedes usar una plantilla o una media plantilla para mejorar el ajuste.

Y si los zapatos te están muy apretados también puedes recurrir a un zapatero profesional para que te lo agrande mediante una horma o también puedes usar algún spray para ablandar zapatos.

Prepara tus pies

Sobre todo en el caso de que los zapatos sean nuevos, úsalos en primer lugar para andar por casa, así se irán adaptando poco a poco a tus pies y podrás detectar si hay alguna zona que pueda molestarte especialmente.

Además de utilizar medias, calcetines o pinkis, los primeros días, y siempre que sea necesario, como medida de protección puedes utilizar apósitos o tiritas (aunque éstas últimas son menos recomendables ya que en los pies se mueven y se despegan fácilmente) en determinadas zonas: el talón, el dedo pequeño…

Otro de los consejos que puedes poner en práctica es el de aplicarte crema hidratante de forma regular en tus pies para evitar la sequedad. Si te la pones justo antes de colocarte los zapatos, usa muy poca cantidad de crema para conseguir el efecto deseado.

Trata las rozaduras

Si el daño ya se ha producido, en primer lugar hay que desinfectar la rozadura con algún antiséptico y, a continuación, taparla para que no quede otra vez expuesta y la herida que se produzca sea mayor. Usa un apósito que cubra toda la zona y que se quede bien fijado.

Cada vez son más famosos los apósitos de hidrocoloide para tratar las ampollas y proteger frente a los rozamientos, pero nunca se deben utilizar sobre ampollas con mucho líquido, ni sobre heridas infectadas o sangrantes.

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